Ángela Neira de Feministas Biobio: “La Iglesia, el capitalismo y el Estado están coludidos en contra de la autonomía de las mujeres”

En el marco del Especial Aborto IMD contactamos con Ángela Neira de la agrupación Feministas Biobio, que vive y trabaja en Concepción, segunda ciudad más habitada de Chile luego de la capital Santiago


Autor: Wari

En el marco del Especial Aborto IMD contactamos con Ángela Neira de la agrupación Feministas Biobio, que vive y trabaja en Concepción, segunda ciudad más habitada de Chile luego de la capital Santiago. El nombre del grupo hace referencia a la región del Biobio, que lleva ese nombre por el río Biobio de Chile.

Ángela nos cuenta que su agrupación, a la pertenece desde hace cuatro años, tiene como objetivo principal visibilizar y luchar por los derechos sexuales y reproductivos -ddssrr- de las mujeres, además de trabajar la violencia de género en jóvenes de los liceos (secundarias) y todo lo relacionado a temas de interrupción voluntaria del embarazo (IVE).

En relación al particular contexto chileno, uno más donde el conservadurismo va ganado terreno en relación a los ddssrr de las personas y el aborto, preguntamos a Ángela su opinión sobre el contexto, las luchas que se vienen dando, los obstáculos etc.

En el contexto actual chileno ¿Cuál es la realidad de los derechos sexuales y reproductivos de las personas? Específicamente, ¿Cómo está el acceso a métodos anticonceptivos, pastilla del día después etc.? ¿Cómo está la situación del aborto en Chile?

En Chile existió (hasta 1989) legalmente en el código sanitario un decreto que permitía el aborto terapéutico en caso de violación, inviabilidad del feto y si la vida de la mujer corría peligro. Sin embargo, uno de los más feos recuerdos que Pinochet nos dejó justo antes de dejar el poder fue derogar este decreto ley por petición e idea del Papa Juan Pablo II.

En Chile, la legislación aún restringe la libertad sexual y reproductiva de las personas, afectando con ello el pleno ejercicio de sus derechos y su capacidad de decidir en ámbitos que pertenecen a su intimidad y desarrollo personal. La penalización del aborto en toda circunstancia pone en riesgo la vida de las mujeres, y tiene un impacto negativo en su salud, sus oportunidades y su libertad.

La mujer demanda hoy de la legislación, el derecho a beneficiarse de los avances tecnológicos, sin tener que violar la ley con maniobras clandestinas. En Chile, se estima que el número de abortos que se producen cada año varía entre 122.000 y 160.000, y son la segunda causa de mortalidad materna.

El aborto clandestino es un problema de salud pública, de justicia social y de derechos humanos. El Parlamento chileno debe legislar en función de garantizar el derecho de las personas a tomar decisiones en materia reproductiva, de manera que para hombres y mujeres la reproducción sea una decisión consciente y deseada en lo personal, y acogida en condiciones de solidaridad y justicia social.

Ahora, respecto de los otros derechos sexuales y reproductivos, te puedo comentar que existe una Propuesta de Ley Marco de derechos sexuales y reproductivos que propone temas como la violencia sexual, las ETS (enfermedades de transmisión sexual), la reproducción, el uso de anticonceptivos, etc. pero que lamentablemente está “durmiendo” en el poder legislativo desde el año 2000.

¿El gobierno de una mujer aportó a un cambio significativo en los derechos sexuales y reproductivos -incluyendo aborto- para las mujeres?

Michelle Bachelet siempre dijo que el tema aborto no estaba en su agenda de trabajo. De hecho la propuesta de Ley Marco de Derechos Sexuales y Reproductivos siguió descansando en las agendas legislativas. No hubo discusión alguna sobre estos temas; el único avance que tuvimos fue la distribución de la píldora de emergencia de manera gratuita en hospitales públicos.

Pero esto también fue un proceso traumático, porque después de que el Tribunal Constitucional (invento de Pinochet) la prohibiera en el sistema público de salud, pero que permitiera su venta en farmacias, nadie pudo mantenerse al margen de esta discriminación tan explícita hacia las mujeres con menos recursos económicos.

Entonces, armamos una red de protestas callejeras, logrando que se legislara al respecto, y que Bachelet hiciera una propuesta desde el poder ejecutivo, lo cual dio resultados positivos en tanto distribución, no obstante la discusión se centró en el hecho de que si la píldora era abortiva o no.

Esto nos hizo retroceder en el discurso, pues obviamente fue aprobada porque no era abortiva y no porque fuera derecho de las mujeres o un tema de salud pública o de derechos humanos de las mujeres, etc. Hoy día la discusión de distribuirla gratuitamente y sin trámites está en el Senado, le sacaron el carácter de urgente y nuevamente quedamos estancadas en nuestras libertades.

Frente al panorama expuesto ¿Cuáles son las estrategias del movimiento de mujeres y del movimiento feminista frente al aborto en Chile?

Actualmente Feministas Biobio está trabajando en un Proyecto por la reposición del aborto terapéutico en Chile junto a la RSMLAC (Red de Salud de las Mujeres Latinoamericanas y del Caribe) y con el apoyo del IPPF (Federación Internacional de Planificación de la Familia) y de SAAF (Safe Abortion Action Fund).

Este proyecto lo instalamos hace dos años y tiene como fin generar un debate libre e informado sobre el aborto en Chile, tal como se ha dado en sociedades desarrolladas. No obstante se ha topado con al menos dos grandes dificultades.

Por un lado, la falta de vocación democrática de sectores conservadores y fundamentalistas que, utilizando su poder económico y político, pretenden imponer a toda la sociedad sus valores y creencias. Por otro, y no menos importante, la ausencia de acción articulada de las organizaciones sociales y de interés público, y de ámbitos académicos y profesionales, que incida en el debate público y haga viable el derecho a decidir a las personas.

Con el propósito de fortalecer la acción articulada a favor de un cambio legislativo y en las políticas públicas frente a la interrupción voluntaria del embarazo, APROFA (Asociación de Protección de la Familia) y RSMLAC comparten voluntades en la implementación del proyecto «Generación de una Agenda Pública para la Despenalización del Aborto por Indicación Médica en Chile: Formación de capacidades para una Acción Sostenible de Instituciones Privadas de Interés Público en Aborto Terapéutico».

Un esfuerzo de esta naturaleza demanda la identificación y profundización de bases argumentales consensuadas, para sustentar un trabajo de planificación y comunicación estratégica a favor de la despenalización del aborto, por causas que afectan gravemente los derechos de las mujeres.

Ahora bien, este proyecto está siendo ejecutado en cinco regiones del país, sin embargo, no todas las que trabajamos en éste somos feminista, puesto que la gran mayoría del movimiento feminista chileno consideró que este plan era mediocre y amarillista, o sea, que exigía poco y nada. Fue lamentable tener este rechazo de parte de compañeras de lucha, porque no entendieron que era una estrategia para avanzar en nuestro gran tema “Aborto libre y gratuito”.

Yo estimo que hay que usar diversas estrategias para hacer transformaciones y este proyecto propone la discusión y educación sobre derechos sexuales y reproductivos. Esto ha hecho que aprendamos más sobre la constitución pinochetista heredada, y sobre los argumentos que debemos trabajar desde diversas perspectivas, como son: la teológica, la biomédica, la psicosocial, la jurídica, entre otras.

También quiero destacar un proyecto que trajimos desde Ecuador a Concepción y luego Chile, que busca informar sobre el uso seguro y médico del misoprostol (la OMS -Organización Mundial de la Salud- lo tiene en su lista de medicamentos obstétricos) para interrumpir embarazos no deseados hasta las 9 semanas. La estrategia fue instalar una línea telefónica –celular– para que mujeres capacitadas entreguen la información requerida para que las mujeres que llamen puedan usar de manera segura y efectiva el misoprostol, el cual causa contracciones y produce abortos espontáneos.

Esta estrategia la desarrolla Feministas Biobio con el apoyo de Women on Waves y la coordinadora de jóvenes feministas del Ecuador. Hoy día la línea telefónica la extendimos a otras ciudades chilenas, como Santiago, Valparaíso, Temuco y Valdivia.

Debo destacar que esta estrategia surge de las inquietudes y propuestas de feministas jóvenes y que viven en la región, como somos Feministas Biobio.

Entonces ¿Existen grupos y movimientos además del de mujeres y feminista en esta lucha?

A propósito de este proyecto antes señalado, se han adherido muchos grupos a discutir sobre el tema: jóvenes universitarias/os, grupos de jóvenes, médicos/as, gente de diversas iglesias como la luterana y la evangélica, la masonería, colegio de matronas, entre otros. Pero siempre en el contexto de aborto terapéutico… es algo de sentido común, pero en Chile hay que remover las memorias para que estas personas recuerden que durante años Chile fue pionero en cuanto a derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.

Respecto a la situación de las mujeres que abortan y sus realidades. ¿Existen redes solidarias para mujeres que quieren abortar? ¿Cuáles son las formas más frecuentes de aborto? ¿Las condiciones y costos económicos?

En Chile, por lo menos de manera explicita no hay redes de apoyo a mujeres que hayan abortado ni de parte del Estado ni de parte del movimiento de mujeres o feminista.

Las formas más frecuentes de aborto son el uso de misoprostol, que vale unos 100 dólares si es que lo consigues a través de una receta en farmacias, de lo contrario, en el mercado clandestino puede costar unos 200 dólares.

Luego existe el aborto médico que puede costar entre 900 dólares hasta 2.000 fácilmente en una clínica privada.

También se recurre a brebajes, sondas, palillos o tallos de plantas. “No son los únicos métodos precarios y de bajo costo a los que acuden mujeres desesperadas. En este rango destacan también las yerbas tradicionales que por recomendación de otras mujeres se utilizan con fines abortivos, aunque la mayoría de las veces no cumplen con tal propósito. Perejil, ajenjo, ruda, orégano y albahaca que se pueden hervir con cerveza, vino o pisco son algunas de las más usadas, cuya ingesta generalmente se completa con aspirinas o fármacos similares”. Estos son los abortos de las mujeres más pobres, generalmente de zonas rurales, con menos educación, pero sobre todo con menos acceso a información sobre otras prácticas baratas y menos riesgosas.

Según Rosa Espínola, coordinadora nacional del Foro Red de Salud y Derechos Sexuales y Reproductivos, en las poblaciones periféricas urbanas se recurre a fármacos abortivos y al uso de sondas que se introducen por la vulvas, ya sea para hacer un lavado uterino con elementos tóxicos como detergentes, o para dejarla instalada unos días (introducen la sonda y la parte que queda fuera de la vulvas se amarra al muslo) con el fin de perforar el útero, provocar dilatación y la expulsión ‘espontánea’ del feto” (extraído del Diario La Nación).

Respecto de otros métodos no tengo mayor información, sólo se que se practican raspajes, pero no sé el valor… debe ser tan caros, precarios y clandestinos como los métodos anteriores.

Volviendo al movimiento ¿Cuáles son las fortalezas y logros adquiridos en esta lucha?

Hemos instalado el tema en los medios, por lo menos el aborto terapéutico. La gente está abierta a conversar y a que se legisle. Las instituciones nos invitan a exponer sobre el tema, nos invitan a debates, si nosotras organizamos conferencias, foros o debates, la gente asiste porque quiere saber más…

Estamos avanzando con y desde la ciudadanía, esta es una estrategia que nos ha fortalecido, medianamente, pero algo hemos logrado en estos dos años, porque si en Chile hablas de aborto por opción de la mujer, te echan del trabajo, te tratan de asesina, te marginan, etc., pero no ocurre lo mismo cuando hablamos de aborto terapéutico. Creo que esta es la forma más estratégica para entrar en el debate… aunque suene conformista, pero ese es el contexto chileno y no podemos seguir nadando contra la corriente porque ya no nos quedan pulmones.

¿Cuáles son los obstáculos más importantes que ha habido en la lucha por la despenalización o legalización del aborto?

El mayor obstáculo es el poder de la Iglesia Católica con su trampa de la moral única que opina en todo lo que sea posible. Es decir, el Gobierno le pide la opinión incluso en temas que son tan políticos y de salud pública como es la distribución de la píldora de emergencia. Otro obstáculo es el poder de los políticos que basan sus políticas en lo que dice “su Dios”, entonces, estamos hablando de políticos que no legislan para el pueblo sino para Dios, para su propio Dios, porque además lo imponen como si fuera el único.

Y por último, creo que el poder económico nos tiene totalmente al margen de las decisiones que podamos tomar respecto de nuestros cuerpos. Y justamente el poder económico está en manos de los mismos políticos que ponen sus creencias por sobre las de la ciudadanía.

Entonces, la iglesia, el capitalismo y el Estado están coludidos en contra de la autonomía de las mujeres. No les convienes que tomemos nuestras decisiones porque todos necesitan hijos e hijas no deseados.

La iglesia necesita gente ignorante que diga “amén” a todo lo que dice el Papa y pague el diezmo; el sistema económico necesita mano de obra barata y el Estado necesita más gente que pague impuestos para poder funcionar sin problemas. ¿Y quién les da lo que requieren para sostener sus respectivos poderes?: las mujeres. Por lo tanto, no es casualidad que estos poderes estén siempre en contra de lo que el movimiento feminista ha exigido por años.

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