Es un hecho que el caso Caval ha servido de salvavidas para la Alianza. En eso hemos sido insistentes, pues está claro que tanto el oficialismo como la derecha han protagonizado escandalosos episodios que no han hecho más que evidenciar los lazos entre la política y los grupos económicos poderosos, cercanía que por cierto deriva en que pensemos en corrupción, tráfico de influencias, acceso a información privilegiada y peor aún, legislaciones en favor de estos mecenas de la política, en lugar de políticas y leyes en favor del pueblo.
En ese marco y estando en medio de la polémica por el Nueragate y Pentagate, ambas coaliciones sacan su artillería para culparse, acusarse e intentar probar que sus enemigos políticos cometieron peor ílicito que ellos. Es decir, la UDI considera que caso Caval es peor que Penta y el gobierno -respaldado en la Nueva Mayoría- insiste en que Penta es peor que Caval. En ese show de dimes y dirites, han participado el ministro José Antonio Gómez, quién fue vocero (s) mientras Elizalde estuvo de vacaciones y este último e insistió en las diferencias entre Penta y Nueragate y marcó la distancia de ambos casos. En tanto, Álvaro Elizalde (En la foto) -quien ayer se refirió a la medida que tomó Renovación Nacional interponiendo una denuncia en la Fiscalía Nacional para investigar tráfico de influencias y uso de información privilegiada- señaló que se estaba haciendo un uso político del caso y señaló que: “Si la UDI se midiera con la misma vara con la cual mide al Gobierno, prácticamente se quedaría sin dirigentes”.
Los dichos del ministro generaron la reacción inmediata de la derecha, precisamente del secretario general de la UDI, Gustavo Hasbún quien dijo (según señaló Cooperativa) que “El ministro Elizalde es parte de esa cultura de la corrupción que ellos siempre han avalado. Ellos han transformado al Gobierno en una actividad comercial”. Hasbún -quién ha estado envuelto en distintas polémicas en lo que va del año- agregó que “Lo que ha sucedido con el señor Dávalos y con la empresa Caval demuestra claramente que, para este Gobierno, la cultura de la corrupción está instalada. El mejor ejemplo es que por un lado justifican y por otro tratan de bajarle el perfil y, finalmente, nadie es capaz de opinar de una situación que compromete a muchas personas vinculadas con el Gobierno”.
Hasbún en una actitud completamente propia de un miembro de la UDI, aseguró que el caso Dávalos “afecta a la fe pública” a diferencia del caso Penta. El gremialista, señaló que “El caso Caval no es comparable a ningún otro tipo de situaciones judiciales que se están viviendo hoy día, porque aquí se ha atentado contra la fe pública (…) Estamos en presencia de un supuesto tráfico de influencias, de uso de información privilegiada, nepotismo o clientelismo», y «el Gobierno en su conjunto aparece cuestionado por una situación anómala que favorece a una empresa». Hasbún, quien constantemente genera reacciones a sus declaraciones y acciones -como la protesta en lancha en Caburgua o sus polémicas en Twitter- insiste en que Penta está siendo investigado. Utiliza la misma respuesta que el resto de la Alianza, quienes cada vez que son consultados por Penta, parecen padecer amnesia y sólo contestan que la justicia está a cargo de ello, ¡Cómo si fuera poca cosa que sus rostros históricos como Novoa, Moreira, Von Baer, Silva, Golborne estén implicados y siendo investigados por financiamientos irregulares a sus campañas electorales con los dineros del grupo Penta, favores que pudieron traducirse en legislaciones en favor de los intereses de los empresarios en cuestión, (como en el caso de la Ley de Isapres, donde tanto Ernesto Silva y el grupo Penta tenían intereses involucrados en dicha legislación, a razón de su participación en Isapres).
Hasbún dijo que las últimas informaciones del caso Penta «eso no está afectando la fe pública en ningún caso, y menos está afectando el uso de información privilegiada o el cambio del uso de suelo para favorecer a una empresa determinada» e increpó a la Presidenta Michelle Bachelet a que «en vez de asumir el rol de madre, asuma el rol de Presidenta y sea capaz de dar la cara y dar las explicaciones que corresponden».
Ante los dichos de Hasbún -quien defendió a los implicados en Penta y acusó persecución política del Servicio de Impuestos Internos y ahora exige transparencia del gobierno- el vocero Elizalde ni nadie del gobierno han respondido. Sin embargo, el caso que ha permitido sobrevivir a la UDI y la Alianza recién comienza y durante los próximos días podríamos seguir viendo cómo se intenta tapar el caso Penta con Caval.