Décadas de estudios han confirmado las cualidades terapéuticas del cannabis y sus derivados, en distintas patologías. Su uso fue sugerido a médicos por personas que usaban los productos de la planta y posteriores estudios clínicos, con cannabinoides aislados o preparados de la misma planta, los comprobaron. Se confirmaron sus efectos antieméticos, estimulantes del apetito, como relajante y analgésico. Incluso, el descubrimiento de que disminuye la presión intraocular fue hecho en el marco de investigaciones encargadas por el gobierno de Estados unidos en los ’70, para reargumentar sus cualidades dañinas.
Pese a que las leyes de drogas se justifican en la “defensa de la salud pública”, la prohibición ha privado a muchos enfermos de medicamentos potencialmente valiosos, además de mantener clausuradas prometedoras investigaciones sobre plantas y sustancias químicas indexadas en la Lista I de Control de Estupefacientes. Así es el caso de quizá el más poderoso anestésico conocido: el opio; una planta cuyos poderes sobre el ánimo fueron milenariamente venerados: la hoja de coca y el cáñamo. Junto a muchas otras sustancias, éstas plantas han sido catalogadas como “sin utilidad terapéutica aceptada”.
La inquisición farmacrática ocasiona además importantes daños colaterales a la ciencia y a la investigación neuroquímica. Lo decía Ethan Nadelmann, profesor de la Universidad de Princeton, en un artículo publicado en la revista Science en 1989: “Las leyes y las políticas de drogas actuales entorpecen los esfuerzos de los investigadores para dilucidar estos y otros potenciales usos terapéuticos de las drogas ilegales, hacen virtualmente imposible su prescripción legal, sobre todo de las incluidas en la Lista I, a aquellos que podrían beneficiarse de ellas. Y contribuyen en gran medida al escaso tratamiento que recibe el dolor, como en general reconoce la profesión médica en Estados Unidos”. Cabe mancionar que el canabis ha sido además empleado para fabricar una gran diversidad de productos textiles y cosméticos, dentro de los que se destacan el shampoo, cremas, aceites y jabones que fabrica la empresa chilena Heliderm.
Con el presente artículo, El Ciudadano inicia una serie de reportajes sobre los distintos aspectos de la cruzada contra las drogas consensuada por la elite política nacional y los medios de comunicación.
USOS DEL CANNABIS
SIDA
La experiencia de muchos pacientes y diversos estudios científicos han comprobado las cualidades antieméticas de fumar o comer marihuana momentos antes de ingerir los antirretrovirales prescritos en personas que viven con sida. Esto evita vómitos y náuseas. El cannabis también estimula el apetito, lo que ayuda a evitar la caquexia asociada a las etapas avanzadas de la enfermedad.
Según la Asociación Internacional por el Cannabis como Medicamento, IACM, se observa estimulación del apetito con una dosis de THC de 5 mg. dados fraccionadamente en un día, pudiéndose incrementar la dosis a 20 mg.
CANCER
Lester Grinspoon, profesor de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard y autor de Marihuana, la Medicina Prohibida, recomienda fumar marihuana antes que usar los derivados sintéticos a quienes tienen que someterse a quimioterapia, para evitar las náuseas y vómitos que ésta provoca. Recientes investigaciones demostraron que a bajas dosis el THC mejora la eficacia de otros fármacos antieméticos cuando se administran juntos.
Franjo Grotenhermen, médico investigador del Nova-Institute, señala que el cannabis y el THC “se usan en el cáncer como tratamiento sintomático para los efectos secundarios de la quimioterapia, la pérdida de apetito y la caquexia, y el dolor; e incluso, estudios recientes con cultivos celulares y animales han demostrado que los cannabinoides podrían ser útiles en el tratamiento curativo de algunos tipos de cáncer”.
Los investigadores Ismael Galve-Roperh y Manuel Guzmán, comprobaron que el THC y el WIN-55,212-2 (análogo del cannabis y agonista sintético análogo del THC), induce una considerable regresión de los gliomas malignos en tumores de ratas y conejos: “Experimentos con dos líneas celulares de gliomas muestran que la causa de la apoptosis (muerte celular programada) está mediada por un mecanismo que implica a los receptores cannabinoides”, lo que supone un nuevo enfoque terapéutico para el tratamiento de los gliomas malignos1. Otro investigador, Luciano de Petrocellis, concluye que “la anandamida inhibe potente y selectivamente la proliferación celular en el tumor de mama in vitro en cultivos celulares2”.
GLAUCOMA
Una investigación encargada para reargumentar los daños que ocasionaba el cannabis en 1971 en Estados Unidos, descubrió que la administración de THC ayuda en el descenso de la presión intraocular3. Estudios emprendidos posteriormente dieron cuenta que el cannabis desciende la presión intraocular en un rango de 25-30%, llegando ocasionalmente hasta un 50%, en pacientes con glaucoma.
ARTRITIS Y ESCLEROSIS MÚLTIPLE
Hay gran evidencia del beneficio del cáñamo en la espasticidad de la esclerosis múltiple y en lesiones medulares. Según la IACM, “en muchos ensayos clínicos con THC, nabilona y cannabis, se observó un efecto beneficioso en cuanto a la espasticidad causada por esclerosis múltiple o lesiones de médula espinal, así como una mejoría del dolor, la parestesia, los temblores y la ataxia, y en la medicina popular hay referencias de mejoría del control de esfínteres. También hay algunas evidencias anecdóticas de beneficio del cannabis en la espasticidad causada por lesiones cerebrales”.
El 2005 se publicó en Londres un estudio que concluía que el cannabis disminuye el dolor de las articulaciones cuando la persona que padece la enfermedad está en movimiento y en reposo, además de mejorar la calidad del sueño y aliviar los síntomas de la inflamación. El estudio fue hecho por investigadores del hospital de enfermedades reumáticas de Bath.
El doctor Philip Robson, director de investigaciones en cannabis de GW Pharmaceuticals, señaló que hasta esa fecha “las investigaciones se habían concentrado en esclerosis múltiple y dolor neuropático. Por lo tanto es muy alentador ver estos efectos positivos de Sativex en el dolor y otros síntomas de la artritis reumática”. A juicio del investigador, las drogas basadas en cannabis tienen potencial terapéutico sobre un amplio rango de enfermedades, siendo menos dañina que otros calmantes que generan efectos molestos en hígado y riñones.
ALZHEIMER
Un estudio con dronabinol en 15 sujetos con diagnóstico de Alzheimer que rehusaban comer, concluyó que el peso corporal de los sujetos que participaron en el estudio se incrementó más durante el tratamiento con dronabiol que con el placebo. Como efectos secundarios se observó euforia, somnolencia y cansancio, pero no requirieron suspender el tratamiento4.
Un grupo de científicos del Instituto Cajal, España, a partir de experimentos en tejido cerebral humano y en ratones, concluyeron que un cannabinoide es capaz de prevenir la pérdida de memoria y reducir la inflamación cerebral asociada al Alzheimer5. Se comparó tejido cerebral de pacientes que murieron de Alzheimer con el de personas sanas que habían muerto a una edad similar, lo que dio cuenta de que los receptores de cannabinoides estaban asociados en la enfermedad a marcadores de activación de la microglía (célula inmune del cerebro), así como con algunas neuronas que habían sobrevivido.
EPILEPSIA
Experimentos con animales han evidenciado el efecto antiepiléptico de algunos cannabinoides, y que el THC potencia la actividad anticonvulsionante de la fenitoína y del diazepam. Según unos pocos casos recogidos, mediante el uso del cannabis, algunos epilépticos han sido capaces de controlar totalmente los síntomas, aunque según la IACM, el cannabis puede ocasionalmente precipitar convulsiones.
ASMA
Los efectos de un cigarro de cannabis (2% de THC) o de THC oral (15 mg) se igualan al efecto de la dosis terapéutica de un broncodilatador habitual (salbutamol, isoprenalina), Grotenhermen añade que además de la acción broncodilatadora del THC, hay “acción antiinflamatoria y antialérgica. Pero el humo de la combustión del cannabis contiene productos similares a los encontrados en el humo del tabaco, entre ellos varios agentes cancerígenos que puedan dañar la mucosa bronquial”. Por ello, aconseja usar vaporizadores u otras formas de administración.
La Asociación Médica Británica6 señala que la administración aguda de cannabis y de THC ejercen un demostrado efecto broncodilatador sobre las pequeñas vías aéreas pulmonares. Tashkin7 descubrió que el cannabis fumado y el THC oral producen un efecto broncodilatador significativo de dos horas de duración como mínimo.
DOLOR
Según la IACM, amplios estudios clínicos han probado las propiedades analgésicas de los derivados del cannabis. Entre las posibles indicaciones están el dolor neurológico de la esclerosis múltiple, el originado tras causar daño al plexo braquial, en la infección por VIH, la artritis reumatoidea, el cáncer, el dolor de cabeza, la dismenorrea, la inflamación crónica intestinal y las neuralgias.
MIGRAÑA
Ethan Russo, neurólogo, etnobotánico y profesor de farmacología y medicina en la Universidad de Washington, comenta que el uso común en Sumeria e India se remontaría al menos hacia unos 4000 años8. Entre 1842 y 1942 fue uno de los principales tratamientos para la migraña en Europa y Estados Unidos. Se ha demostrado que el cannabis actúa como antiinflamatorio a través de diversos sistemas de neurotransmisores (serotonina, dopamina y glutamato), e interacciona con el sistema opioide endógeno.
Grinspoon también comenta9 el caso de un científico que presentó ataques severos de migraña, quien luego de usar todos los medicamentos legales antimigrañosos y antináuseosos, fumó marihuana durante uno de sus ataques, lo que mejoró sus síntomas.
ENFERMEDADES DEL MOVIMIENTO
IACM también da cuenta de informes que dan cuenta del beneficio terapéutico del cannabis en el Síndrome de Tourette’s10, en la distonía y la disquinesia tardía.
También hay casos publicados de mejoría en el parkinsonismo y en la enfermedad de Huntington, los que no se han podido objetivizar. Pese a ello, la IACM sostiene que “los productos derivados del cannabis pueden ser útiles en la disquinesia inducida por el tratamiento con levodopamina en la enfermedad de Parkinson sin que se produzca un empeoramiento de los síntomas principales”.
FARMACODEPENDENCIAS
Pese a que uno de los argumentos prohibicionistas acusa a la marihuana de ser la puerta de entrada a otras drogas, casos registrados a lo largo de la historia y documentos recientes, dan cuenta de que el cannabis presta mucha utilidad como puerta de salida a otras drogas. La IACM sostiene que “el cannabis es un buen remedio para combatir el síndrome de abstinencia causado por la dependencia a benzodiacepinas, opiáceos y alcohol (…) según los beneficios observados, pueden ser útiles tanto en la reducción de los síntomas físicos como del estrés que ocurre tras abandonar la droga de abuso”.
EFECTOS EN EL ÁNIMO
También se han reportado efectos positivos del cannabis en trastornos del sueño, ansiedad, enfermedad bipolar y distimia. Un estudio divulgado por la revista The Journal of Neuroscience, hecho por científicos del Centro de Investigaciones de la Universidad McGill, en Montreal, Canadá, en octubre del año pasado sostenía que en bajas dosis el cannabinoide WIN55,212,2 puede aumentar los niveles de serotonina, neurotransmisor que regula el estados de ánimo. Los investigadores reportaron que el efecto antidepresivo del cannabinoide era paralelo a una mayor actividad de las neuronas que producen la serotonina. Sin embargo, la investigación señala que dosis más altas pueden provocar un efecto contrario.
PRURITO
Hay indicios de efectos positivos del THC en casos de prurito provocado por la enfermedad colestásica del hígado que han tenido problemas con las terapias estándares (difenilhidramina, clorfeniramina, colestiramina, rifampicina, fenobarbital, doxepina, naltrexona, rayos ultravioleta y lociones tópicas).
Investigadores de la Universidad de Wroclaw, Polonia, usaron un ungüento compuesto por lípidos y endocannabinoides fisiológicos en pacientes con prurito por fallo terminal de la función renal10, logrando la desaparición del prurito en la mayoría de los pacientes, además de mejorar la sequedad cutánea.
OTRAS DOLENCIAS
Experiencias aún no estudiadas dan cuenta del uso de la marihuana en casos como hipo, síndrome de déficit de atención, hipertensión arterial, tinnitus, síndrome de fatiga crónica y síndrome de las piernas inquietas.
Estudios no concluyentes también dan cuenta de personas que tuvieron efectos positivos en casos de estrés y ansiedad. También en las secuelas de procesos inflamatorios, como colitis ulcerosa, “los productos del cannabis pueden actuar no sólo como analgésicos sino además con un demostrado efecto anti-inflamatorio”, sostiene la Acmed.
EFECTOS A CONSIDERAR
Si bien no hay reporte alguno de muerte por consumo de cannabis o THC, cuando se usa en forma terapéutica, y sobre todo si no tienes experiencias anteriores de uso, debes comenzar con bajas dosis e ir incrementándolas hasta determinarse la dosis que más se adapte al cuerpo y a los requerimientos de la enfermedad.
El cannabis inhalado o comido provoca efectos secundarios que podrían dificultarte alguna tarea que emprendas, como sedación, euforia, alteraciones en la memoria, de la percepción del tiempo y, en algunos casos, puede conducir a depresión o agravar un cuadro sicótico.
El humo de la marihuana es más dañino que el provocado por la quema de tabaco. Lo más indicado para evitarlo es usar un vaporizador, aparato que evita las toxinas producidas en la combustión y permite la evaporación de los cannabinoides. Un estudio de NORLM (National Organization for the Reform of Marijuana Laws), comprobó que un vaporizador quemó THC a 185° C, eliminando el benceno, un conocido carcinógeno, tolueno, naftaleno y, en menor medida, monóxido de carbono y alquitrán.
¿QUÉ PASA EN OTROS PAÍSES?
En Holanda se puede encontrar cannabis y sus derivados sintéticos en las farmacias desde el 2003; en España, donde el autocultivo de cannabis y consumo no es delito, los médicos puede recetar Sativex a sus pacientes cuando no mejora con la medicación habitual. En el Hospital Vall d’Hebron de Barcelona se está realizando un estudio con el fármaco.
En Israel el gobierno otorga permisos para consumir cannabis con fines médicos a quienes lo soliciten. En Canadá, en enero un tribunal falló que quienes quieran usar marihuana para tratar sus enfermedades no se verán obligados a depender del gobierno federal como proveedor, sino que pueden recurrir a su propio cultivador. En Estados Unidos, desde 1996, 12 estados han legalizado su uso médico. Así ocurre en Arizona, California, Washington, Nuevo México y Alaska.
En México el 2006 fue presentada un proyecto de ley que apuntaba a despenalizar el cannabis y otras sustancias, pero por presión de Estados Unidos la iniciativa no prosperó. En Argentina en abril del 2007 un tribunal de Buenos Aires absolvió a una mujer procesada por tener 90 grs. de marihuana, considerando que su uso medicinal “es penalmente irrelevante”. La Cámara Federal de Apelaciones argumentó que siempre que no se afecte la salud pública es legítimo que una persona consuma marihuana para calmar dolores aún sin prescripción médica. El 2006 el tribunal de alzada dictó un fallo que considera lícita la tenencia de marihuana para uso personal si ello no constituye «proselitismo o riesgo para terceros», sentando una jurisprudencia muy avanzada en el continente. Además, la química Edda Adler, de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Buenos Aires, desde hace 8 años tiene un grupo de trabajo centrado en los efectos de los endocannabinoides en la fisiopatología cardiovascular.
GLOSARIO CANNÁBICO
Cannabis: Hasta hoy se han identificado 483 diversos componentes químicos, siendo los más importantes y específicos los cannabinoides (66). También se hallan en la planta compuestos nitrogenados (27), aminoácidos (18), proteínas (3), glicoproteínas (6), enzimas (2), azúcares y compuestos relacionados (34), hidrocarburos (50), alcoholes simples (7), aldehídos (13), cetonas (13), ácidos simples (21), ácidos grasos (22), ésteres simples (12), lactonas (1), esteroides (11), terpenos (120), fenoles no-cannabinoides (25), flavonoides (21), vitaminas (1), pigmentos (2) y elementos (9).
THC: Tetrahidrocannabinol. Hace referencia al isómero natural delta-9-THC. Es la principal sustancia psicoactiva encontrada en el cannabis. Es liposoluble (o sea, se disuelve en grasas) y en disolventes orgánicos cómo el etanol o el hexano. Sus efectos farmacológicos son el resultado de su interacción con el recientemente descubierto sistema endocannabinoide.
Cannabinoides: Define los cannabinoides naturales de la planta de cannabis y más genéricamente incluye todos los productos químicos o sus derivados que se acoplan a los receptores cannabinoides.
Endocannabinoides: A los ligandos endógenos de los receptores cannabinoides se les denomina cannabinoides endógenos o endocannabinoides. Son producidos por el propio organismo de humanos y animales. Entre ellos están, además de la anandamida, el 2-araquidonil glicerol (2-AG), el éter del 2-araquidonil glicerol (éter de noladina), la araquidonil-etanolamina (virodhamina) y la N-araquidonil-dopamina (NADA). Los endocannabinoides son potentes relajantes de la vasculatura lisa.
Anandamida: Investigadores israelíes descubrieron en 1992 que el cuerpo fabrica esta sustancia, de origen lipídico y llamada también araquidonil-etanolamida. Es un endocannabinoide o ligando endógeno de los receptores cannabinoides. Esto da cuenta que el cannabis tiene un funcionamiento similar al opio (hay opiáceos endógenos) en nuestro organismo, o sea, constitucionalmente estamos dotados para ello, operando el cannabis como una llave en la cerradura que sería el sistema endocannabinoide.
La anandamida es sintetizada por el cuerpo y es descompuesta rápidamente. Pese a no tener idéntica estructura que el THC, provoca efectos similares. Está ligada con todos los mecanismos asociados con el placer: comida, sexo y circuitos de recompensa, provocando analgesia y sensación de paz. Se encuentra en el cerebro, arterias, plaquetas y en tejidos que tienen que ver con el sistema inmune.
Entre los cannabinoides sintéticos encontramos:
Dronabinol: Designa al (-)-isómero-trans del delta-9-THC. Tiene proporciones estándares de THC y ninguno de los otros compuestos presentes en el cannabis natural. Fabricado por Unimed Pharmaceuticals en Estados Unidos, con el nombre de Marinol, disuelto en aceite de sésamo; THC Pharm y delta 9 Pharma en Alemania, se presenta en cápsulas de 2,5; 5 y 10 mg. Es usado para las nauseas y vómitos de pacientes con cáncer, además de ser estimulante del apetito en pacientes con sida.
Nabilona: Derivado sintetizado de delta-9-THC con una pequeña modificación en su estructura química. Fabricado por Eli Lilly and Company con el nombre de Cesamet en Estados Unidos entre 1985 y 1989. Disponible en el Reino Unido y otros países europeos es elaborado hoy por Cambridge Laboratorios. Es usado para náuseas y vómitos provocados por la quimioterapia y, el 2006, fue aceptado por la Food and Drug Administration (FDA) norteamericana.
Sativex: Desarrollada por GW Pharmaceuticals, es un extracto de cannabis aplicado en la mucosa bucal. Contiene THC y cannabidiol (CBD). Es usado para el tratamiento del dolor neurológico en adultos con esclerosis múltiple. Desde el 2005 se halla en Canadá y luego en Reino Unido y España, donde es usado en un ensayo clínico y como medicamento compasivo, sin estar aún comercializado. Además cuenta con propiedades antiinflamatorias.
* Ninguno de estos 3 medicamentos está disponible en Chile.
Mauricio Becerra R.
@kalidoscop
VER ESPECIAL POLÍTICAS DE DROGAS
NOTAS:
1 Galve-Roperph I, et al. Antitumoral action of cannabinoids: involvement of sustained ceramide accumulation and ERK activation. Nature Medicine 2000;6(3):313-319.
2 De Petrocellis L, et al. The endogenous cannabinoid anandamide inhibits human breast cancer cell proliferation. Proc Natl Acad Sci U S A 1998;95(14):8375-8380.
3 Crawford WJ, Merritt JC. Effects of tetrahydrocannabinol on arterial and intraocular hypertension. International Journal of Clinical Pharmacololgy and Biopharmacy 1979;17(5):191-196.
4 Volicer L, Stelly M, Morris J, McLaughlin J, Volicer BJ. Effects of dronabinol on anorexia and disturbed behavior in patients with Alzheimer’s disease. Int J Geriatr Psychiatry 1997;12(9):913-919.
5 Ramírez, B.G., Blázquez, C., Gómez del Pulgar, T., Guzmán, M. and de Ceballos, M.L. Prevention of Alzheimer’s disease pathology by cannabinoids: Neuroprotection mediated by blockade of microglial activation. J.Neurosci. 25 (2005) 1904-1913.
6 British Medical Association: Therapeutic Uses of Cannabis. [Asociación Médica Británica: Aplicaciones terapéuticas del cannabis.] Amsterdam: Harwood Academic Publishers, 1997
7 Tashkin DP, Reiss S, Shapiro BJ, Calvarese B, Olsen JL, Lodge JW. Bronchial effects of aerosolized delta-tetrahydrocannabinol in healthy and asthmatic subjects. American Review of Respiratory Disease 1977;115(1):57-65.
8 Russo EB. Hemp for headache: An in-depth historical and scientific review of cannabis in migraine treatment. J Cannabis Ther 2001;1(2):21-92. Y Russo E, eds. Cannabis and Cannabinoids. Pharmacology, toxicology, and therapeutic potential. Haworth Press, Binghamton/New York 2001.
9 En http://www.rxmarihuana.com/migraines_hms.htm.
10 Müller-Vahl KR, Schneider U, Koblenz A, Jobges M, Kolbe H, Daldrup T, Emrich HM. Treatment of Tourette’s syndrome with Delta 9-tetrahydrocannabinol (THC): a randomized crossover trial. Pharmacopsychiatry 2002;35(2):57-61.
11 Szepietowski JC, Szepietowski T, Reich A. Efficacy and tolerance of the cream containing structured physiological lipids with endocannabinoids in the treatment of uremic pruritus: a preliminary study. Acta Dermatovenerol Croat 2005;13(2):97-103.