5 motivos por los que dejar a alguien aunque le ames

«Si le amas, déjale ir», una frase no exenta de sentimentalismo que pocas veces llegamos a aplicar realmente, prefiriendo que el amor se pudra en pos de una ruptura mucho peor

5 motivos por los que dejar a alguien aunque le ames

Autor: Ángela Barraza

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«Si le amas, déjale ir», una frase no exenta de sentimentalismo que pocas veces llegamos a aplicar realmente, prefiriendo que el amor se pudra en pos de una ruptura mucho peor. La situación en la que se lleva a cabo una separación por circunstancias que superan a los propios sentimientos nunca es fácil y, si bien cuesta aceptarlo, estos 5 motivos por los que dejar a alguien aunque le ames te ayudarán a ver con más claridad las razones por las que, al menos, deberían separarse un tiempo.

1. Vive lejos y no hay metas claras

Como bien hemos comentado en otro artículo de iMujer, mantener una relación a distancia requiere de paciencia, empatía y, especialmente, un objetivo común. En esta situación, los kilómetros erosionan la pareja y tus constantes insistencias en romper con la distancia no hacen más que presionar a un novio que, por ciertos motivos, aún no puede abandonar ese lejano lugar en el que se encuentra.

Separarse cuando no se tienen claras las metas es más que necesario para permitir a esa persona continuar con sus propósitos… al igual que tú.

2. Tienen sueños diferentes

Este punto puede estar incluido tanto en el anterior como manifestarse en una pareja que llega a verse todos los días en una misma ciudad. Al principio, el enamoramiento nubla los objetivos, los cuales se establecen cuando la pareja se adentra en una mayor estabilidad, una fase estática en la que comienzan a pulular esos futuros planes en común.

Sin embargo, a pesar de quererle, tu chico tiene otros planes, es un Peter Pan del siglo XXI, adicto a los viajes, independiente, sin planes de casarse o incluso convivir. Y tú, bueno, tú puedes adaptarte, pero llegará un momento en que no puedas más… aunque le ames.

3. ¿Hijos?

Dicen que el principal motivo por el que el hombre se niega a tener hijos se debe a su estabilidad económica, algo que, de un momento a otro, puede cambiar. No obstante, véase por una acentuada diferencia de edad, por ciertos traumas o ideologías o, simplemente, porque no se ve capaz, tu chico (o incluso tu marido) puede que no vislumbre la opción de tener hijos.

Existen diversas pautas a seguir respecto a esta situación, aunque el fondo del asunto resida en una ruptura necesaria en la que tú, como mujer, tienes todo el derecho a tener un hijo aunque tu pareja no quiera.

4. Evolución, involución

Comenzaste con tu pareja a los dieciséis años, en una edad en la que ambos contaban con las mismas oportunidades. Ahora tienen treinta y mientras tú ya tienes un título universitario, te mantienes activa y cuentas con varios proyectos, tu novio continúa en la misma situación de hace catorce años: tiene un trabajo mal pago que no abandona por miedo al cambio, no le gusta estudiar y mantiene las mismas conversaciones que a los dieciséis.

Ha habido una evolución en ti, pero no en él, esa persona a la que quieres aunque notes que existe un amplio margen entre ustedes y tú necesites «otras cosas». Tú evolucionas, tu relación involuciona.

5. Una infidelidad

Es en este punto donde conviven las decisiones más delicadas y, al mismo tiempo, necesarias. Las razones por las que tu pareja (o incluso tú misma) hayan sido infieles pueden ser varias: una falta de sexo propiciada por uno de los integrantes, asuntos no resueltos con un ex novio o un flechazo que ni siquiera tú misma puedes explicarte. Suelen decir que en el momento en el que se comete una infidelidad ya no hay amor, de hecho puede que así sea por parte de la persona que la ha cometido. Sin embargo tú, a pesar de amarla, te dejas vencer por la decepción y tomas la, posiblemente, decisión más sabia de tu vida.

Estos 5 motivos por los que dejar a alguien aunque le ames están llenos de pequeños matices que convierten cada situación en un mundo propio. Sin embargo, todo debemos simplificarlo en dos preguntas: ¿soy feliz? o ¿puedo hacer algo para cambiarlo? Si las respuestas no te convencen, el autoengaño se romperá en algún momento y verás la luz, comprendiendo que el amor, a veces, no depende de la unión, sino de una necesaria separación.

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