En los últimos años, en el mundo occidental, como señalan Marina Franco y Florencia Levín, el pasado cercano se ha constituido en objeto de gran presencia y centralidad, casi de culto. La razón estaría en que se trata de un pasado abierto, de algún modo inconcluso, cuyos efectos en los procesos individuales y colectivos se extienden hacia nosotros y se nos vuelven presentes. Las historiadoras argentinas afirman que “a diferencia de otros pasados, no está hecho sólo de representaciones y discursos socialmente construidos y transmitidos sino que está además alimentado de vivencias y recuerdos personales, rememorados en primera persona. Se trata, en suma, de un pasado “actual” o, más bien, de un pasado en permanente proceso de ‘actualización’ y que, por tanto, interviene en las proyecciones a futuro”[1].
Marina Franco y Florencia Levín señalan que hoy en día, diversas prácticas sociales y culturales, así como un número creciente de disciplinas y campos de investigación, hacen del pasado cercano su objeto e incluso a veces su excusa y medio de legitimación. Sostienen que “la memoria, en primer término, como práctica colectiva de rememoración, intervención política y construcción de una narrativa impulsada por diversas agrupaciones e instituciones surgidas tanto de la sociedad civil como del Estado, parece tener la voz cantante en este vuelco hacia el pasado reciente. Asimismo, la tematización de aspectos de ese pasado en el cine (ficción y documental) y la literatura, la aparición de un sinnúmero de estudios periodísticos, la construcción de museos y memoriales, los encendidos debates públicos y sus repercusiones en las columnas de los diarios, así como el auge de los testimonios en primera persona de los protagonistas de ese pasado, dan cuenta de su creciente preponderancia en el espacio público”[2].
En el caso de Chile, la historiadora Cristina Moyano, en un artículo titulado Las memorias militantes y el uso testimonial en la historia política del tiempo presente en Chile: de lo estructural y lo subjetivo[3], afirma que la historia política del tiempo presente o del pasado reciente ha ido registrando avances significativos en el espacio historiográfico nacional. Agrega que “la recuperación del relato militante ha tenido distintas etapas en nuestro país, aunque todavía no tiene una significación importante y sistemática en el uso historiográfico chileno, ha ido revistiendo un proceso de validación como fuente historiográfica testimonial clave para acceder a distintos espacios del pasado reciente”[4].
ALGUNOS DE LOS LIBROS SOBRE EL MIR Y SUS MILITANTES
En un libro de 334 páginas titulado, Miguel Enríquez, un nombre en las estrellas. Biografía de un revolucionario (Ediciones B, 2014), el periodista y doctor en Historia valenciano, Mario Amorós, realizó una biografía histórica sobre el líder del MIR. En la obra, que ha tenido un gran éxito de ventas, se recuperara la vida de Miguel Enríquez, su vida personal y su trayectoria política a través de los testimonios de las 18 personas entrevistadas por el autor (su hermana Inés, Andrés Pascal Allende, Carmen Castillo, Manuela Gumucio, Belisario Velasco, Jacques Chonchol, Marco Enríquez-Ominami y Carlos Ominami, entre otros.
En esta biografía, que tiene un prólogo escrito por el presidente boliviano Evo Morales, también se basa en la documentación de las más de mil páginas que acumula la investigación judicial sobre la muerte de Miguel Enríquez que el ministro Mario Carroza instruye desde noviembre de 2012 y en la que han declarado tanto los dos supervivientes (Carmen Castillo y Humberto Sotomayor) como los principales agentes de la Dina involucrados.
Por otro lado están los IV tomos del doctor en Historia Carlos Sandoval Ambiado titulados Historia del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (Editorial Quimantú, 2014) en que se cubre la historia desde su fundación en 1965 hasta la dispersión y división en 1986. Sandoval se centra, en 1.200 páginas, en la historia del movimiento político donde él mismo militó y en los militantes de base más que en los altos dirigentes.
En cambio, la doctora en Historia Contemporánea de América Latina, Eugenia Palieraki, en su libro ¡La revolución ya viene! El Mir chileno en los años sesenta! (LOM Ediciones, 2014) propone una historia crítica del período fundacional del MIR desde su creación, en 1965, hasta la llegada al poder de la Unidad Popular, en 1970.
La historiadora griega trabajó en la construcción de este libro con documentos internos- que se encuentran en centros de investigación tanto en Europa como en el Cono sur-, publicaciones del MIR y entrevistas con militantes. Esta obra es el resultado de la traducción al español de su tesis doctoral titulada Histoire critique de la «nouvellegauche» latino-américaine: Le Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) dans le Chili des années 1960, presentada en la Université Paris 1, Panthéon-Sorbonne en cotutela con la Pontificia Universidad Católica de Chile en el año 2009.
En el libro Historia del grupo musical ¡Karaxú! (1974-1978)… perder la paciencia (LOM Ediciones, 2014) Franklin Troncoso Muñoz entrega un relato acerca del grupo Karaxú. Este grupo se formó en París a mediados de los setenta y sus integrantes, liderados en un comienzo por Patricio Manns, eran militantes del MIR. Su primera grabación la realizaron entre el 7 y el 9 de octubre de 1974, a solo días de que el secretario general del MIR, Miguel Enríquez, fuera asesinado en una casa en calle Santa Fe, comuna de San Miguel.
El autor, en su investigación, consiguió el primer disco de ¡Karaxú! en los diferentes países donde se editó. Además, recuperó fotos y afiches de este grupo musical.
Otros dos libros son El tres letras. Historia y contexto del MIR (RIL Editores, 2013) y Memorias de militancia en el MIR, (RIL Editores, 2014) en los que el doctor en Estudios Latinoamericanos, Sergio Salinas, tuvo como objetivo escribir sobre el MIR y el uso de la violencia política en Chile, tema polémico pero ineludible para entender a la sociedad chilena y a nosotros mismos. En el primer libro el autor se centra en el período fundacional, de consolidación y de inicio de la lucha armada desarrollada por el MIR. En el segundo libro, se centra fundamentalmente en el período de la llamada “militancia revolucionaria”, buscando profundizar tanto en las racionalidades de los actores (individuales y colectivos) y del propio conflicto, como en la comprensión de los aspectos subjetivos de quienes emprendieron la lucha armada en las décadas de los setenta y ochenta en nuestro país.
Otros tres libros son los editados por Editorial Escaparate de Concepción en su Colección Rojo y Negro: Origen y evolución del Movimiento de Izquierda Revolucionaria 1959-1970 (2014) de Iñaki Moulian, Las Milicias de la Resistencia Popular, el MIR y la lucha social armada en la dictadura 1979-1984 (2015) de Eduardo Arancibia Ortiz y Cada día es continuar. Política e identidad en el MIR 1965-1970 de Matías Ortiz Figueroa.
En el libro Las Milicias de la Resistencia Popular, el MIR y la lucha social armada en la dictadura 1979-1984, Eduardo Arancibia tiene como objetivo mostrar cómo la combatividad de las protestas de 1983 fueron el resultado de la resistencia y organización de los años anteriores. Es por esto que esta obra se centra en la lucha social armada del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), sus políticas de Resistencia y el impacto que tuvieron en la pérdida del miedo en los sectores más pobres de la sociedad chilena.
En una línea autobiográfica, a través de cartas recuperadas y completadas desde la ficción, está el libro de Ana María Jiménez y Teresa Izquierdo Antes de perder la memoria (Cuarto Propio, 2015). En la obra las autoras relatan sus experiencias desde los años sesenta: la militancia, la resistencia, la clandestinidad, la detención por parte de la Dina, la reclusión en Villa Grimaldi y la tortura y el exilio.
A 50 años de su fundación y 28 de su disolución, el Movimiento de Izquierda Revolucionaria aún sigue siendo un tema de interés académico y literario tanto en Chile como en el extranjero. Es decir, aún sigue siendo un grupo revolucionario polémico, misterioso, pero que requiere ser descubierto para comprender más a la política chilena actual y a nosotros mismos. Y así comprender porque sólo tres letras y tres conceptos (Pueblo, conciencia, fusil) siguen sin abandonar, tercamente, la historia presente.
Por Aldo Fernández
NOTAS
[1] Marina Franco y Florencia Levín, El pasado cercano en clave historiográfica, capítulo incluido en en Marina Franco y Florencia Levín (comp.), Historia reciente. Perspectivas y desafíos para un campo en construcción. Buenos Aires, Paidós, 2007. http://files.pluriversidad-oikologias.webnode.es/200000019-2c6502d5e4/2013%20CAPACITACION%20PRSENCIAL%20FRANCO%20LEVIN.pdf
[2] Ibid.
[3] Véase Cristina Moyano, Las memorias militantes y el uso testimonial en la historia política del tiempo presente en Chile: de lo estructural y lo subjetivo, publicado en Juan Andrés Bresciano (comp.). El tiempo presente como campo historiográfico. Ensayos teóricos y estudios de casos, Ediciones Cruz del Sur, Uruguay, 2010. https://cristinamoyano.files.wordpress.com/2010/10/10-10-18-blog-1articulo-publicado-en-uruguay.pdf
[4] Ibid.
El Ciudadano