Fulvia, la transgénero que se aumentó 3 veces el busto, se hizo 2 lipos y 150 intervenciones en la cara para lograr la perfección que anhela

Fulvia Pellegrino vive en el pueblo italiano de Peveragno y, aunque nació con sexo masculino, es transgénero desde la edad de 15 años, cuando se dio cuenta por primera vez que era diferente a como había sido criada. Pero su educación provinciana, conservadora y muy religiosamente italiana la llevó a ocultar su verdadera identidad tras una fachada de masculinidad. Se casó con una mujer y trató de vivir como un hombre, llevando una doble vida que fue capaz de soportar hasta el año 2000, cuando a los 40 años le confesó a su mujer que necesitaba salir del armario y asumirse como una mujer transgénero.

Su esposa Marisa lo apoyó desde el principio y fue en ese momento cuando empezaron los planes de Fulvia para un cambio físico. Desde su primera operación ha invertido el equivalente a casi 55 millones de pesos (CL) en una serie de intervenciones que incluyen unos 150 rellenos de labios y pómulos, implantes de mamas que ha cambiado tres veces, dos liposucciones, y aumento de caderas y glúteos. Fulvia, originalmente llamada Fulvio, aún tiene genitales masculinos.

«Me sentía atrapada en mi cuerpo. Me encerraba en el garaje y me vestía con ropas de mujer y me maquillaba. Jamas mostré esa parte de mí porque me avergonzaba. Todavía no estoy feliz con mi cuerpo «perfecto», porque no lo es. La perfección es otra cosa», cuenta Fulvia a Daily Mail. El sueño de Fulvia es ser como Allanah Starr, la estrella porno transgénero estadounidense.

Su plan de transformación no ha terminado y planea seguir sometiéndose a operaciones para alcanzar esa perfección que anhela. Por su parte, Marisa aclara que más que un matrimonio, ahora son como hermanas, mientras su sueldo como terapeuta holística sirve de soporte para que ambas vivan.

Fulvia ha sido excluida por su familia, y aunque para Marisa no siempre fue fácil -en un momento tuvo que recurrir a psicoterapia para adaptarse a los cambios- ha sido un apoyo incondicional y dice que ama a la persona que Fulvia es por dentro. La gente de Peveragno tampoco es tan comprensiva como Marisa; corren rumores de que Fulvia trabaja como prostituta, lo que ella niega mientras reafirma que se rehúsa a ser vista como el payaso del pueblo. Para financiar sus operaciones -que comenzaron el 2004 con liftings, rinoplastias y los primeros implantes mamarios- Fulvia-ex Fulvio vendió sus autos, una casa en Francia y las armas que solía coleccionar para completar su antigua imagen de macho.

«La cirugía plástica no es una droga, sino algo necesario para personas como yo. Yo no estoy contenta con mi cara y otras partes de mi cuerpo y no voy a parar aquí. Quiero seguir porque aun no logro la perfección. Cuando la alcance, tal vez me detenga», dice Fulvia.

Mira este video sobre Fulvia y sus operaciones

Traducción y redacción, El Ciudadano.

Fuente, Daily Mail.