Con una carta de apostasía, Víctor Hugo Robles, periodista y activista homosexual, conocido como el Ché de los Gays, renuncia a la fe católica ante el Arzobispado chileno. “Me siento absolutamente violentado por los abusos que protagonizan autoridades eclesiales” y destaca que “En el marco del Bicentenario, donde Chile celebra la independencia política, nosotros exigimos que se nos respete celebrar nuestra independencia sexual”.
El conocido Ché de los Gays, nuevamente sorprende a la ciudadanía, pero esta vez no con una performance, como ya estamos acostumbrados a celebrar la originalidad a la que acude para denunciar las discriminaciones que sufren tanto los homosexuales, lesbianas y trans, en nuestro país, sino con una carta de “Apostasía”, (leer al final de este texto) entregada personalmente en el Arzobispado de Santiago, donde renuncia a la fe católica.
Apostasía, según la definición del diccionario de la Real Academia Española, es la negación, renuncia o abjuración a la fe en una religión, así como la salida o abandono irregular de una orden religiosa o sacerdotal. En este sentido, Robles, después de una larga reflexión acerca de la desilusión que ha ido sintiendo durante ya años y, fundamentalmente, frente a los hechos últimos en los que la iglesia católica ha participado de manera contradictoria a la realidad social y política del país, decidió optar por separarse total y definitivamente de la iglesia.
“Hoy, la iglesia católica no puede arrogarse el título de garante de los valores y la moral en nuestro país. Menos aun cuando insiste en no reconocer la diversidad sexual que existe en Chile”. Con esta carta, Víctor Hugo Robles, obliga a la iglesia católica a entregarle una respuesta por escrito y borrarlo de todo registro católico en el que estuviera patentado. “En el marco del Bicentenario, donde Chile celebra la independencia, queremos exigir que se nos respete celebrar nuestra Independencia Sexual”.
Las consecuencias que esta carta trae consigo, es que en la medida que se sigan sumando personas a esta postura, independiente de su condición sexual, el poder de la iglesia podría verse mermada, puesto que la representación que hoy sostiene la Iglesia se basa, fundamentalmente, en las cifras entregadas por los censos realizados en nuestro país, donde cuentan como católicos tanto a los practicantes activos de la fe, como a los que se encuentran solamente registrados por bautizos u otro sacramento. Por lo tanto, comenzaría a revelarse la verdadera representación que hoy mantiene el clero en el Chile actual. Este es un nuevo golpe para la curia en vísperas del Bicentenario.
Por Claudia Molina B.
Periodista de Radio Nuevo Mundo
TEXTO DE APOSTASÍA DE ROBLES