Un juez de Argentina ordenó el arresto de Hebe de Bonafini, presidenta de la Asociación Madres de la Plaza de Mayo, por no comparecer a declarar en un caso de corrupción.
La policía intentó a detener a De Bonafini pero esta se dirigió a la Plaza de Mayo, donde como cada jueves desde 1977 su organización se manifiesta frente a la sede del gobierno nacional.
Y, en esta ocasión, una multitud llegó al lugar para expresarle su apoyo, incluyendo numerosos dirigentes kirchneristas.
«Vinieron los camiones de la policía y todo eso que ellos arman», le contó luego la propia De Bonafini a la televisora local C5N.
«La gente venía a apoyarnos y se hizo un mundo de gente, así que nosotros nos subimos a la combi e hicimos la marcha, pero hicimos una pirueta y la dejamos pagando a la Policía», relató.
De Bonafini, de 87 años, había rehusado en dos ocasiones comparecer ante el juez que investiga una causa conocida como «Sueños Compartidos».
Se trata de una acusación de fraude al Estado a través de un programa de construcción de viviendas sociales administrado por la Fundación Madres de Plaza de Mayo.
La mujer, que no está acusada personalmente en el caso, es una aliada de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Y en su diálogo con C5N calificó la orden de arresto como una «agresión» por parte del gobierno.
«A mí solo me puede juzgar el pueblo. Cuando el enemigo te ataca es porque estás en el buen camino. Si nosotros fuéramos cualquier cosa no nos harían nada, pero les molestamos mucho», dijo.
«Yo ya dije todo lo que tenía que decir y le mandé todo lo que tenía que mandarle (a la Justicia). No tengo nada de que hablar. Nosotros le dimos 60 cajas de comprobantes, 40 back-up filmados, y le dimos eso a los jueces. Fuimos todas las veces y no hicieron nada. Basta», se justificó la dirigente.
Las Madres de la Plaza de Mayo impulsan una histórica lucha para que se haga justicia a las víctimas del régimen militar que imperó en el país desde 1976 a 1983.