Las experiencias religiosas activan los mismos circuitos cerebrales que las drogas y el sexo

Los investigadores explican que los momentos de experiencia religiosa intensa tienden a caracterizarse por una fuerte activación de una región cerebral altamente comprometida en la producción de sentimientos de placer, en respuesta a estímulos como el sexo, la música, la comida y las drogas.

Las experiencias religiosas activan los mismos circuitos cerebrales que las drogas y el sexo

Autor: Sofia Olea

manos y texto sagrado

Finalmente la ciencia y la religión encuentran un punto en común: el cerebro humano. Un nuevo estudio revela la neurociencia detrás de las experiencias religiosas intensas, lo que sugiere que los momentos de iluminación espiritual están coordinados por los mismos circuitos cerebrales que se activan cuando nos enamoramos, tenemos sexo, escuchamos música o tomamos drogas.

«La experiencia religiosa es probablemente la parte que más influye en cómo las personas toman decisiones que nos afectan a todos, para bien y para mal. Entender qué es lo que pasa en el cerebro que contribuye con esas decisiones es realmente importante», dice en un comunicado el coautor del estudio, Jeff Anderson, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Utah.

Para entender cómo la fe afecta la actividad neurológica, los investigadores usaron imagen de resonancia magnética funcional (IRMf) para escanear los cerebros de 19 mormones devotos que habían sido misioneros, mientras realizaban tareas diseñadas para exaltar los sentimientos espirituales. Estas actividades incluyeron audiciones y lecturas del Libro del Mormón y mirar videos de escenas bíblicas.

libro del mormón

Durante el experimento, se les preguntó regularmente a los participantes si estaban «sintiendo el espíritu», identificado como un sentimiento de paz y cercanía con Dios, en sí mismo y en otros. Se les instruyó para presionar un botón cada vez que alcanzaban puntos altos de sensaciones espirituales.

Al describir sus hallazgos en la revista Social Neuroscience, los investigadores explican que los momentos de experiencia religiosa intensa tendían a caracterizarse por una fuerte activación de la región cerebral llamada núcleo accumbens, una parte del circuito de recompensa del cerebro altamente comprometida en la producción de sentimientos de placer en respuesta a estímulos como el sexo, la música, la comida y las drogas.

Los autores del estudio también encontraron actividad en la corteza prefrontal media, que se encarga de funciones cognitivas superiores, como el razonamiento. Esto sugiere que las experiencias religiosas están parcialmente provocadas por el juicio consciente y la atribución de valor a los estímulos religiosos, lo que significa que las personas que practican la fe, eligen activamente sus creencias.

Aunque el descubrimiento puede ser fascinante, los autores advierten que no es pertinente sacar demasiadas conclusiones; destacan que las experiencias religiosas pueden diferir entre individuos y culturas y que, por lo tanto, es probable que tengan un amplio espectro de causas y consecuencias neurológicas.

Por IFLScience

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