Ingenieros japoneses arrojaron al océano Pacífico al menos 11 mil 500 toneladas (a una densidad de 1kg/l) de agua radiactiva de la planta nuclear de Fukushima (noreste), para “facilitar las tareas” de sus operarios que intentan encontrar la fuente de las filtraciones en esta central afectada por el terremoto y posterior tsunami del 11 de marzo.
La empresa operadora de la planta nuclear japonesa de Fukushima, Tokyo Electric Power Co (Tepco) señaló que la operación que comenzó a las 19H00 locales (10H00 GMT) de este lunes, implicará arrojar en las próximas horas al Océano Pacífico 11 mil 500 toneladas de agua procedente de depósitos especiales y del sótano de los reactores 5 y 6, las únicas de las seis unidades de la central que están por ahora controladas.
“No tenemos más opción que verter esa agua contaminada en el océano como medida de seguridad”, reconoció el portavoz de Gobierno, Yukio Edano.
El líquido excede cien veces el límite legal de yodo-131, un nivel relativamente bajo en comparación con el del agua que inunda algunas áreas de la planta nuclear, con una radiación hasta 100 mil veces superior, dijo Tepco.
El objetivo de Tokyo Electric Power es dejar espacio en los depósitos para almacenar el agua altamente radiactiva que inunda los edificios de turbinas de los reactores 1, 2 y 3, y que “dificulta seriamente las labores de los operarios para enfriar esas unidades”.
La Agencia para la Seguridad Nuclear de Japón indicó que la operación no entraña riesgos para la salud.
Por otro lado, los ingenieros japoneses tienen previsto construir una cortina gigante de sedimentos en el océano para impedir que la contaminación se expanda desde la planta de Fukushima.
Los ingenieros aún tratan de recuperar el control de los reactores dañados en la planta, en la peor crisis nuclear desde la de Chernóbil en 1986.
El Gobierno nipón ha instado a Tepco a actuar con más rapidez para frenar la expansión de la radiación.
El secretario jefe de gabinete, Yukio Edano, dijo que podría llevar meses controlar las fugas “e incluso más recuperar el control de la planta”.
«Tenemos que frenar la expansión (del agua contaminada) al océano tan pronto como sea posible. Con esa fuerte determinación, estamos pidiendo a Tokyo Electric Power que actúe con rapidez y debe vigilar su posible impacto medioambiental.», dijo Edano.
La situación en la central nuclear de Fukushima permanece muy inestable. Se ha corroborado la existencia de una grieta de 20 centímetros en el segundo reactor, con la consiguiente fuga de radiactividad al mar.
Según el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), 21 de los trabajadores que permanecen en Fukushima sufren alteraciones genéticas a causa de la radiación. Todos ellos deberán seguir reconocimientos intensivos para estudiar su evolución ante el aumento de la probabilidad de sufrir cáncer.
Por otro lado, dos trabajadores de Tepco desaparecidos desde el 11 de marzo en la central de Fukushima, fueron encontrados sin vida en el sótano de una de las unidades de la planta nuclear.
Las víctimas de 21 y 24 años de edad trabajaban en el área de mantenimiento del edificio de turbinas del reactor 4, de la menciona planta nuclear, donde les sorprendió el fuerte terremoto y posterior tsunami.
Los cadáveres fueron hallados el pasado miércoles al drenar el agua contaminada que inundaba el sótano, por lo que antes de hacer la autopsia tuvieron que ser limpiados de radiactividad.
Las pruebas determinaron que ambos fallecieron el mismo día 11 hacia las 16H00 local (07.00 GMT) a causa de hemorragias externas.
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