Psicólogo de Harvard habla sobre el gran fraude del Trastorno de Déficit Atencional

El renombrado psicólogo Jerome Kagan explica las razones para afirmar que el TDAH es un fraude que solo beneficia a la industria farmacéutica. El experto propone otros métodos en lugar de la medicación y también habla de la tendencia actual a sobrediagnosticar una serie de trastornos mentales.

Psicólogo de Harvard habla sobre el gran fraude del Trastorno de Déficit Atencional

Autor: Sofia Olea
Imagen vía CCHR International

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El renombrado psicólogo Jerome Kagan, de la Universidad Harvard, y uno de los más influyentes de este siglo, dijo en entrevista al medio Spiegel,  que la psicología está en una crisis, refiriéndose a uno de sus enfoques más convencionales, que tiende a sobreetiquetar a las personas de acuerdo a trastornos mentales y en favor de las compañías farmacéuticas.

Kagan está en el lugar 22 de la lista de académicos publicada en 2002, que ofrece un ranking de psicólogos de acuerdo a su prominencia, informa Curious Mind. El experto se ubica dos lugares más arriba de Ivan Pavlov, quien formuló la ley del reflejo condicional, y un lugar sobre Carl Jung, el padre de la psicología analítica.

El análisis que ha hecho Kagan sobre el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) concluye que más que una enfermedad seria, es una condición inventada. Más aun, afirma que las farmacéuticas influyeron en el establecimiento de esta categoría, simplemente por razones económicas.

Qué es el TDAH

Es un desorden que provoca a las personas una dificultad para mantener la concentración y para continuar con tareas hasta el final. Las personas que se identifican con este desorden también son consideradas excesivamente activas y con frecuencia tienden a apresurarse en hacer juicios y tomar acciones sin haber pasado por un proceso tranquilo de evaluación. Estas características hacen que una persona con el llamado TDAH pueda tener dificultades para relacionarse con las personas de su entorno.

Jerome Kagan pasó décadas con la U. Harvard estudiando a niños y niñas en crecimiento, observando las variaciones en su comportamiento en cada una de las etapas de desarrollo y probando el carácter de sus reacciones ante los estímulos externos, informa Curious Mind.

A través de las conversaciones, Kagan evaluó las percepciones de estos niños y el flujo de sus pensamientos.

A juicio del experto, el gran aumento de niños diagnosticados con TDAH radica únicamente en las diferentes definiciones que se hace de sus estados mentales. Kagan explica que hace 50 años, los niños con dificultades para mantener la atención en clases, simplemente era calificados como flojos, pero que hoy, una gran cantidad de psicólogos intentan encontrar un desorden en cada niño que es más activo que el resto o al que le cuesta más tener un buen rendimiento en la escuela.

Lo grave es que al tomar el camino fácil y simplificar el diagnóstico, a los niños y niñas se los termina medicando para reprimir algo que es simplemente su particular forma de ser.

Kagan afirma que el metabolismo de la dopamina en estos niños y niñas es normal y que no necesitan medicamentos. En estos casos, la prescripción de drogas es innecesaria y resulta ser solo la solución más fácil para los profesionales (psiquiatras) y para un sistema que no se adapta a las diferencias (escuelas).

Las evaluaciones, dice Kagan, debe ser más precisas y exhaustivas. Afirma que de todas las veces en que se clasifica a alguien con una enfermedad mental, solo un 8% resulta tener una base, después de realizar exámenes más acuciosos.

El diagnóstico fácil

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Imagen vía 30Seconds


Además del TDAH, Kagan menciona a la depresión como otro de los trastornos que actualmente son diagnosticados en exceso, y las razones son las mismas: la disponibilidad de antidepresivos. Es sabido que hay muchos casos en los que estos medicamentos no han funcionado en lo absoluto. Kagan explica que en lugar de arriesgar la salud emocional de un joven o un adulto con drogas, los psicólogos debieran enfocarse en ayudar a trabajar las razones de la desmotivación, la tristeza y la ansiedad.

También destaca que más importante que el análisis de los síntomas, es la definición de las causas de la depresión. Hay personas que tienen formas de depresión crónicas (que acompañan a la persona durante toda la vida y deben ser tratadas) y otras que son vulnerables a este estado en situaciones particulares de sus vidas.

«Si una madre va al médico con su pequeña hija y dice que la niña solía ser mucho más alegre, el médico, antes que todo, debe intentar identificar el problema. Debería observar a la niña sola, realizar una serie de tests, antes de prescribir drogas, y ordenar un electroencefalograma. Los estudios han mostrado que las personas con gran actividad en el lóbulo frontal derecho no responden bien a los antidepresivos», explica Kagan a Spiegel.

Centrarse en la mera observación de síntomas abre la puerta a una serie de nuevas enfermedades mentales, como es el caso del trastorno bipolar, explica Kagan. En Estados Unidos, más de un millón de jóvenes de menos de 19 años está diagnosticado como bipolar. Los psicólogos, dice el especialista, han comenzado a clasificar a todos los niños con cambios en su temperamento, como mentalmente enfermos y, nuevamente, como hay un medicamento creado para este trastorno, se les prescribe una droga como primera opción –aunque no siempre sea necesario.

Finalmente, Kagan destaca la importancia de abordar las diferencias de los niños y niñas –en las diferentes situaciones de sus vidas– y, antes de medicarlos, buscar profesores, terapeutas, escuelas que comprendan estas particularidades y sepan guiarlos de acuerdo a sus habilidades. El profesor de Harvard propone que otros métodos, como las tutorías, reemplacen a la medicación.

En la salud mental, un diagnóstico inadecuado puede transformarse en la causa de una serie de problemas más graves que los propios síntomas.

Un niño o niña con déficit atencional probablemente sea un ejemplo de creatividad y rapidez mental; uno cuyo temperamento parece intestable, puede estar pasando por cambios importantes en su vida o ser una persona muy observadora, sensible a los afectos y a su entorno; y uno que parece estar deprimido puede estar pasando por un momento difícil, al que no se ha puesto cuidado o prestado la atención necesaria.

En algunos casos efectivamente puede existir un trastorno que debe ser tratado, entre otros métodos, con medicamentos. Pero para poder identificar un problema como tal, es fundamental agotar todos los recursos de los que se dispone para hacer un diagnóstico responsable.

El Ciudadano

 


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