Un derrumbe en un cometa fue documentado por primera vez, en imágenes que revelan el dramático colapso de un acantilado de 100 metros de largo.
Las observaciones del cometa 67P / Churyumov-Gerasimenko, por astrónomos de la nave espacial Rosetta, ofrecen instantáneas del antes y el después, y muestran cómo una polvorienta avalancha dejó un gran trozo de hielo expuesto desde el interior del cometa.
Los astrónomos pudieron vincular el deslizamiento de tierra con un estallido de cometa que ocurrió simultáneamente en el mismo lugar. Esto sugiere que las columnas de polvo y gas, que usualmente se ven como cometas cercanos al sol, son causadas por el desmoronamiento y el desplazamiento de estructuras superficiales, como montículos o acantilados, informa The Guardian.
Los científicos ya habían especulado que los estallidos, que a primera vista parecen erupciones de géiseres en la Tierra, eran el resultado de explosiones de gas presurizado, las que se habían acumulado dentro del cometa, a medida que se calentaba.
Las últimas observaciones sugieren una explicación alternativa. Las imágenes de la nave Rosetta se centran en un acantilado, conocido como Aswan, alrededor del área «ala» del cometa con forma de pato, 67P. Una instantánea tomada en septiembre de 2014 muestra una fractura gigante de 70 metros de largo por un metro de ancho, a lo largo de la parte superior del acantilado.
El 10 de julio de 2015, una cámara diferente registró una gran columna de polvo que se podía remontar a la misma región del cometa. Cinco días después, imágenes frescas de Aswan mostraban que el precipicio se había derrumbado, lo que sugiere que el estallido habría sido el resultado directo del derrumbe.
«Esta es la evidencia más convincente de que el estallido observado estaba directamente relacionado con el colapso del acantilado», dijo Maurizio Pajola, astrónomo del Centro de Investigación Nasa Ames, en California, y principal autor del estudio.
Publicado en la revista Nature Astronomy, el trabajo también simuló las condiciones de la superficie de 67P en el momento del evento. En el sitio del acantilado de Aswan, en julio de 2015, las temperaturas habrían subido de -143°C a unos 46°C en apenas 20 minutos, mientras la superficie se dejaba ver con la luz directa del sol. El acantilado se iluminó directamente durante aproximadamente 1 hora y media cada 12 horas, creando intensos gradientes de temperatura que habrían acelerado la aparición de fracturas en la superficie del cometa.
La misión Rosetta concluyó en septiembre, después de más de 12 años de vuelos espaciales y dos años en órbita alrededor del cometa 67P. En noviembre de 2014, la nave madre de Rosetta arrojó, a la superficie del cometa, un pequeño módulo robótico llamado Philae el que recogió imágenes de alta resolución y realizó mediciones de las condiciones en la superficie.
El Ciudadano