La organización defensora de los derechos humanos Amnistía Internacional pidió hoy anular la sentencia impuesta a dos periodistas tunecinos condenados a seis meses de cárcel por criticar un violento asalto de las fuerzas de seguridad.
Salam Malik, el presidente de la Unión Tunecina de medios de comunicación y director de la radio «Djerid FM», y su hermana Salwa Malik, jefa de programas en la misma cadena, fueron condenados el pasado 10 de mayo y mañana deberán comparecer ante el tribunal de apelación.
«La sentencia a los periodistas por haber criticado un asalto violento de las fuerzas de seguridad a su domicilio particular en (la ciudad meridional de) Touzer debe ser anulada», exigió AI en un comunicado difundo en su página web.
«Los periodistas han sufrido un acoso constante de las fuerzas de seguridad, que han registrado de forma regular su casa, al parecer en busca de uno de sus hermanos, del que se sospecha que apoya el extremismo religioso», agregó la organización.
Al hilo de este argumento, AI recordó que «denunciar de forma pacífica el acoso y la intimidación de las fuerzas de seguridad no es un crimen. Esas condenas deben ser abrogadas», aseguró, por su parte la directora de investigación de AI en el Norte de África, Heba Morayef.
«Las autoridades tunecinas tienen un historial de acoso a miembros de familias de sospechosos y de asaltos violentos a sus casas. En vez de atacar a las víctimas que se quejan, deberían investigar los abusos», agregó.
De acuerdo con AI, los sucesos ocurrieron el pasado 7 de febrero, cuando seis agentes de las fuerzas de seguridad fuertemente armados entraron violentamente en su casa al mediodía en busca de su hermano, detenido en noviembre de 2014 por supuestos lazos con yihadistas y puesto en libertad sin cargos meses después.
En aquel momento se encontraban en el domicilio la propia Salwa, su madre y un sobrino de 11 años, que según los afectados fue obligado por las fuerzas de seguridad a tumbarse en el suelo a punta de pistola.
Salam llegó momentos después y pidió explicaciones a los agentes, que un día después interpusieron una denuncia en la que acusaban a ambos hermanos de haberlos insultado y tratado de impedir la acción policial.
Túnez vive bajo estado de excepción, una medida que reduce las libertades, desde noviembre de 2015, fecha del último de los tres atentados yihadistas que el país sufrió ese año y que segaron la vida de 72 personas, 60 de ellas turistas extranjeros.