Las «pésimas condiciones» de los sistemas de saneamiento y la escasez de suministro de agua potable están facilitando la propagación del cólera en la comarca de Abs, en el noroeste del Yemen, informó hoy Médicos sin Fronteras (MSF) en un comunicado.
Según la ONG, son las comunidades más pobres y remotas las que se están llevando la peor parte, entre ellas, los desplazados por la guerra civil que sufre el país desde 2015, puesto que son las que más dificultades tienen para viajar hasta los centros de salud.
El cólera se detectó por primera vez en el Yemen el 27 de abril y, desde entonces, 1.664 personas han muerto y se han registrado 275.987 casos sospechosos en un total de 21 provincias de las 23 del país árabe.
En la comarca de Abs, situada en la provincia noroccidental de Haya, se concentran el 25 % de los 376.000 desplazados de la región, según MSF, que agregó que muchas personas han decidido instalarse en zonas rurales en un intento de escapar de los combates.
A estas condiciones, que ya eran un problema antes del brote, hay que añadir, según MSF, la escasez de actores humanitarios en la zona.
«Si no actuamos inmediatamente nos enfrentaremos a una crisis humanitaria aún mayor en las próximas semanas y meses», alertó el responsable de operaciones de MSF en el Yemen, Gabriel Sánchez.
Por si esto fuera poco, el sistema de salud yemení, que se halla colapsado por la guerra y sufre una severa escasez de recursos y personal, no da abasto para atender a una población entre la que se han detectado últimamente brotes de sarampión, tos ferina y malaria, enfermedades que estaban controladas antes del conflicto.
MSF advirtió de que el Yemen también afronta una hambruna a raíz de la guerra.