Daniela Aránguiz ha sido uno de los buenos condimentos de “Maldita Moda”2017. Tanto, que ya hay otros espacios en CHV pidiendo tener a la opinante “Carecuica” en su set.
“Yo la verdad no estudié diseño de moda, entonces no soy la indicada para decir o juzgar. Yo puedo dar mi opinión personal, si me gusta o no como está vestida esa persona. Pero no soy especialista en el tema”, sincera la rubia, esposa del “Mago” Valdivia, quien se vino de Dubai para ser volante de Colo Colo.
– Pero algo sabes de la onda fashion.
– Yo feliz de trabajar en “Maldita Moda”, pero para mí el programa no es de moda.
-¿Y de qué vendría siendo?
– Es la mesa del matrimonio que pela a los demás.
– ¿Su fuerte en el pelambre, sería…?
– A mí me gusta saber de moda, carteras, de zapatos, las cosas que ocupo yo. Lo que viene o lo que no, es que también estoy una temporada adelantada, porque acabo de llegar de Dubai de la temporada de verano de allá.
– Partiendo de ahí, nuestras celebridades ya están atrasadas.
-Es que tengo la tendencia adelantada, pero porque lo veía en la calle. Estoy en el programa para alabar y criticar. Me lo tomo como un hobby entretenido, algo chistoso, ir los sábados a pasarlo bien.
– ¿Qué piensas de los famosos que se ponen graves con sus comentarios?
– Pienso que a todos nos han hecho tiras en televisión, me incluyo. Obviamente las cosas hay que tomárselas con humor, si no estamos hablando de la persona, sino de la ropa. Yo, personalmente, nunca he dicho que alguien es gordo o feo, me refiero a la ropa.
Le podrá caer bien o no la Aránguiz, pero no negaremos que sabe jugar harto bien el juego de la tele y tiene cuero antibalas.“Yo no obligo a la gente a tenerme buena, como hay gente que me quiere mucho, la hay que me odia”, precisa.
– El tema es que piola no pasas.
– Sí, pero prefiero ser yo, no hago algo para que me quieran. Si me quieren o no, debe ser por lo que soy. Soy sincera, deslenguada, un poco venenosa, pero también buena (risas). Es mi personaje en la vida diaria y no lo voy a cambiar.
– Eso se ve poco en tevé donde varios la venden de simpáticos.
– Y yo conozco mucha gente que vende una imagen que no es, les decimos “los … sonrientes”.
-Falta una palabra ahí.
-Sí, pero son sonrientes.