Una niña de cinco años era obligada a mendigar en las calles, por traficantes que la golpeaban para que ganara más dinero, ha sido rescatada por un bondadoso extraño.
La niña, que solo se ha conocido como Anabelle, fue llevada de urgencia para someterse a una cirugía que le salvó la vida después de haber sido golpeada con un bastón.
Esta pequeña niña, que también padece una rara condición genética, vivió como una esclava y todo el dinero que hizo mendigando era tomado por traficantes de drogas que la tenían cautiva.
La niña fue vendida a un grupo por su madre, que no podía permitirse «el lujo» de cuidarla.
Aprovecharon la aparición de Anabelle después de que el Síndrome de Crouzon la dejó con los ojos abiertos. Pero ahora ha sido rescatad por una organización que salva a niños y niñas atrapados en la explotación infantil.
Su historia tocó el corazón de Gonzalo Erize, un argentino que trabajó para la Fundación Kalipay Negrense. Se convirtió en el amigo de Anabelle y estuvo a su lado mientras se sometía a una cirugía para aliviar los efectos del síndrome de Crouzon.
Gonzalo dijo: «Las personas a cargo de su cuidado me dijeron que se despertó por la noche, gritando por las pesadillas del pasado. Pero estaba allí listo para darle a Anabelle la oportunidad de una vida mejor, donde podía jugar sin dolor y vivir dignamente».
La pequeña Anabelle nació en la pobreza de la ciudad de Bacolod, irónicamente, llamada como la «Ciudad de Smiles», en la costa noroeste de la isla de Negros en Filipinas.
A su madre no le importaba Anabelle y sus seis hermanos, así que vendió a la niña a una banda de drogas.
La condición, también llamada disostosis craneofacial congénita, se caracteriza por malformaciones del cráneo que limitan el desarrollo de la cara y el cerebro. Anabelle no pudo cerrar los ojos para dormir, lo que la dejó constantemente agotada. En las calles la acompañaba una mujer que fingía ser su madre ella era quemada repetidamente por la banda antes de ser enviada a mendigar.
La pareja era trasladada de una ciudad a otra por los traficantes para evitar que la policía los localizara.
Pero Anabelle finalmente fue rescatada y se convirtió en uno de los alrededor de 200 niños ayudados por la Fundación Kalipay Negrense.
Anabelle fue atendida por pediatras, dentistas y neurólogos en la capital filipina de Manila, quien decidió que necesitaba una cirugía urgente. Gonzalo voló de su hogar en Argentina para poder estar con ella mientras pasaba por la operación.
Él dijo: «La acompañé durante todo el proceso. Fue un momento complicado, una situación muy delicada, en la que el paso del tiempo era una amenaza constante. Pero nuevamente todo el esfuerzo valió la pena. Anabelle salió exitosamente de una cirugía craneal destinada a que su cerebro tuviera más espacio para crecer.
«Fue completamente curada y hoy conoce el significado de disfrutar, de divertirse, de vivir». Dijo Gonzalo, quien desinteresadamente ha decidido apadrinar a la pequeña que ya está despertando de la lamentable pesadilla que le tocó vivir.
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