Estudiantes y trabajadores de la FECh buscan declarar sede estudiantil como Monumento Histórico

Que fue una casa de tortura durante la dictadura militar

Estudiantes y trabajadores de la FECh buscan declarar sede estudiantil como Monumento Histórico

Autor: Jose Robredo

Que fue una casa de tortura durante la dictadura militar. Que fue la oficina de Manuel Contreras. Que la misma Luz Arce, agente de la DINA y posteriormente de la CNI, hizo una especie de «visita guiada» por aquel lugar del horror a la primera generación de estudiantes de periodismo en 1986 que llegó a Belgrado 10, donde estaba emplazada la Escuela de Periodismo de nuestro plantel y que hoy corresponde la Casa FECh y al Centro de Investigación Avanzada en Educación, CIAE. Que militares resguarban durante la dictadura el portón verde de los inmuebles ubicados al fondo de esa callecita que ya no se llama Belgrado, sino José Carrasco Tapia.

Todas esas son parte de las historias que por generaciones se han transmitido respecto al pasado nebuloso de los inmubles que en 1978 traspasara el jefe de la CNI, Odlanier Mena, al entonces rector designado de la U. de Chile, Agustín Toro Dávila. Y haciéndose cargo de esa historia imprecisa y con aquel documento de venta del inmueble en la mano, como primera pista para continuar la búsqueda, fue que Claudio Ogass, director del Archivo y Centro de Documentación FECh, comenzó a investigar el caso.

«Ese documento venía a corroborar ciertos rumores institucionales que circulaban dentro de la Casa FECh, y también se transformó en un motor bastante importante, para poder intentar hacer una arqueología del espacio. Nos llamó la atención que nosotros como FECh, estando en el cerebro del movimiento estudiantil, estábamos a su vez parados dentro de lo que fue el cerebro de la política terrorista más cruda que ha tenido nuestro país de parte de una dictadura», afirmó Ogass.

Entonces, comenzó la investigación por parte de un equipo del Archivo FECh y la FECh, al respecto. Expedientes judiciales, planos, documentos y entrevistas a testigos de la época, dieron señas certeras de que estos inmuebles de la U. de Chile, que originalmente eran un condominio de un magnate italiano, habían sido luego utilizados como el archivo y kárdex de la DINA, para posteriormente convertirse en la Escuela de Periodismo de nuestro plantel entre 1986 y 2000. ¿Y qué ocurrió entre ’78 y el ’86? «Hay un período muy oscuro”, señaló Ogass, advirtiendo la total ignorancia que existe del destino de estos inmuebles en la época.

Lo que sí se sabe a través de los expedientes de juicios de derechos humanos, particularmente el de Marta Ugarte y el de Carlos Prats, son pistas sobre el funcionamiento de lo que fue el archivo y kárdex y la centralidad que tuvo este espacio en la construcción de las políticas terroristas. «Acá funcionaron equipos de analistas, en donde hubo un tramado organizativo que moduló toda la acción de un dispositivo de inteligencia y seguridad que coordinó la represión a nivel nacional e internacional. El archivo y kárdex era un espacio donde tenían varias carpetas, donde fichaban a diversas personas, no solamente a los llamados enemigos internos, sino fiscalizaban a los propios funcionarios de la DINA. El archivo y kárdex fue muy central en las políticas de represión, de vigilancia y eso es lo que a nosotros nos gustaría rescatar», enfatizó el director del Archivo y Centro de Documentación de la FECh.

Con dicha información sobre la mesa, y el apoyo del pleno y la presidencia de la FECh en ese entonces liderada por Daniel Andrade, es que se hizo la solicitud formal al Consejo de Monumentos Nacionales (CMN), la cual marca el inicio de un proceso que continuará con la creación de un expediente de declaratora, que debe incluir la opinión del dueño del inmueble -que corresponde al Rector de la U. de Chile-, un archivo fotográfico del lugar y su historia, entre otras documentos. Por ahora, con el proceso en marcha, esta iniciativa ya cuenta con el apoyo de Londres 38, espacios de memoria, Senado Universitario, Centro de Estudios Culturales Latinoamericanos de la U. de Chile (CECLA), Archivo Central Andrés Bello y Consejo de la Sociedad Civil de la Dibam.

Para Claudio Ogass, poder acceder a la declaratoria y desde ahí extender la investigación sobre este espacio les permitirá contribuir como FECh «a esta política sistemática que ha tenido la Universidad de Chile de ir reconociendo el pasado que tuvo la intervención militar. Creemos que nosotros podemos hacer nuestro aporte al reconocimiento de lo que ha ocurrido acá, cómo funcionaron ciertos espacios, cómo se utilizaron. A nosotros lo que nos interesa con este tipo de medidas es intentar rescatar y proteger de forma legal, pública y estable, la memoria y los valores de un espacio donde funcionó el cuartel general de la DINA».


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