Greenpeace advirtió que la llegada de la planta procesadora de salmones que proyecta construir la empresa Australis en Puerto Natales tendrá altos impactos urbanos y medioambientales en la vida de la ciudad, lo que generará un considerable deterioro en la calidad de vida en uno de los destinos turísticos preferidos por los visitantes que llegan a la Patagonia chilena.
En este sentido, la ONG ambientalista calificó como “el vecino que nadie quiere tener” a las instalaciones de Planta Procesadora Puerto Dumestre que, con un monto de inversión de 70 millones de dólares y el procesamiento anual de más de 70.000 toneladas salmones, impactará de manera importante la vida cotidiana de los habitantes y visitantes de Puerto Natales.
En este sentido, y de acuerdo con un estudio realizado por Greenpeace, se estima que la futura planta procesadora de salmones aumentará en unos 350 el movimiento de barcos (con el consiguiente incremento en el peligro de derrames), manejará más de 23.000 metros cúbicos diarios de residuos líquidos industriales, tomará la energía eléctrica equivalente al 20% de los hogares natalinos, aumentarán en 200 viajes el tráfico vehicular asociados a la planta y habrá unos 12.000 litros menos de agua para los vecinos debido a los requerimientos que tendrá la planta.
“La empresa salmonera Australis señala que su poyecto apenas va a tener impacto en un par de vecinos de Puerto Natales. Es completamente ridículo lo que plantea la compañía, puesto que la operación de la planta significará un alto impacto en toda la ciudad con un nivel de afectación muy severo en la vida cotidiana de los vecinos de Puertos de Natales. Todo esto agravado por ser uno de los lugares predilectos de los visitantes internacionales que llegan a Chile. Podría ser el comienzo del fin de Puerto Natales como se ha conocido hasta hoy. Llamamos a las autoridades a que impidan que se destruya la puerta de entrada a las Torres del Paine”, señaló Matías Asun, director nacional de Greenpeace.
La planta, cuyo inicio de construcción se planea para julio de 2019, supone un acopio de peces en tierra destinado a la recepción de materia prima viva, además de una planta de tratamiento de los residuos industriales líquidos (también conocidos como riles), un salmoducto para la recepción de materia prima, ductos de devolución de aguas del salmoducto, emisario submarino para la descarga de los residuos industriales líquidos tratados y un edificio de producción que considera oficinas administrativas y bodegas varias.