Si usted es de los latinoamericanos que se indigna porque en el transporte público de nuestras grandes ciudades muchas personas no ceden sus asientos a las mujeres embarazadas, sepa que no es un gesto patrimonial de la región. Un experimento social en el Metro de Londres reveló que más de la mitad de los pasajeros no ofrecerían su asiento a una mujer embarazada.
El estudio fue organizado por una famosa youtuber, Anna Whitehouse, quien decidió usar una panza de embarazada de mentira, subir al Metro y ver cuántas personas renunciarían a su asiento por ella.
Los resultados no fueron buenos: solo cuatro de cada diez personas, para ser exactos, ofrecieron su asiento.
Al respecto, Whitehouse, quien tiene dos hijos y también es embajadora de la campaña #ExpectingChange, dijo: «el embarazo no es una debilidad, pero es una vulnerabilidad y lo sentí durante mi primer trimestre en particular».
«Las condiciones para ir al trabajo ocupadas, cansadas y apretadas pueden ser increíblemente estresantes, tanto física como mentalmente, y poder sentarse puede marcar la diferencia», indicó.
Agregó que, según su propia experiencia, las personas están demasiado absortas en sus teléfonos para estar al tanto de su entorno o no ofrecen su asiento a menos que se lo indiquen.
Acá el video del experimento en el Metro de Londres:
Pídelo
«Animaría a cualquiera que necesite un asiento en el transporte público a usar una insignia y hacer contacto visual. Si eso falla, no sufras en silencio, ¡pídelo!», dijo Whitehouse.
Su experimento fue posterior a un estudio encargado por la compañía privada y que abarcó a dos mil usuarios del transporte público en la capital británica. Allí se determinó que uno de cada cuatro pasajeros no habría renunciado a su asiento para dárselo a una mujer que pensaban que estaba embarazada.
Según ese mismo estudio, sólo el 2% de los encuestados cree que debe ofrecer su asiento cuando una mujer tiene menos de 12 semanas de embarazo.