El papa Francisco abrió un sínodo (asamblea) de obispos llamando a «transformar» las estructuras de la Iglesia que, según él, se aleja de los jóvenes, en una misa celebrada en la plaza San Pedro, en el Vaticano.
«Comenzamos un nuevo encuentro eclesial capaz de ensanchar horizontes, dilatar el corazón y transformar aquellas estructuras que hoy nos paralizan, nos apartan y alejan de nuestros jóvenes, dejándolos a la intemperie y huérfanos de una comunidad de fe que los sostenga, de un horizonte de sentido y de vida«, dijo el papa en la homilía.
La petición la realizó este miércoles para inaugurar la asamblea de cuatro semanas dedicada a los jóvenes.
Para el Sumo Pontífice, la esperanza de los jóvenes incita a «romper el conformismo del siempre se hizo así». Según su criterio, «la misma esperanza nos pide trabajar para revertir las situaciones de precariedad, exclusión y violencia a las que están expuestos nuestros muchachos (…) No los dejemos solos en manos de tantos mercaderes de muerte que oprimen sus vidas y oscurecen su visión» .
Además, exigió a los participantes «no caer en posturas ‘eticistas (moralistas)’ o elitistas», así como en «la fascinación por ideologías abstractas que nunca coinciden con la realidad de nuestros pueblo», antes de citar un libro que escribió en 1980 en Buenos Aires.
El encuentro también sirvió para que el pontífice diera la bienvenida a «dos hermanos obispos de China continental», pertenecientes a la llamada Asociación Patriótica Católica China, un hecho sin precedentes en un sínodo. La presencia de estos dos obispos se produce tras un histórico y reciente acuerdo entre el Vaticano y China sobre el nombramiento de obispos.
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