La Organización de Naciones Unidas (ONU) ha terminado su indagatoria sobre el crimen del periodista Jamal Khashoggi, quien fue asesinado a principios de octubre de 2018 en el consulado saudita de Estambul, Turquía. Como se esperaba, la conclusión apunta a la intervención de funcionarios del gobierno de Arabia Saudita en la planificación y ejecución del brutal hecho de sangre.
Según Jason Ditz de Antiwar, ya se ha establecido que un grupo de sicarios fue enviado a la sede diplomática para coincidir con el arribo de Khashoggi, quien nunca fue visto abandonando el edificio. «Diversos relatos oficiales saudíes han dicho igualmente que hubo un equipo que lo asesinó, sin embargo exonerando al príncipe saudí», observa el columnista.
«Aún existen esfuerzos para promover dicha versión, pero se está debilitando, más aun frente a reportes de prensa del día jueves, según los cuales el príncipe manifestó a un asistente (un año antes) que si no tenían éxito en convencer a Khashoggi de retornar a Arabia Saudita ‘emplearía una bala’ en su contra», agrega.
Refuerza lo anterior el hecho de que miembros del grupo involucrado «son cercanos» a la autoridad monarca.
El presidente de Estados Unidos Donald Trump se ha resistido a culpar directamente al gobierno saudí «temiendo que ello afecte las ventas de armas de EEUU», productos de guerra que han ido parar al conflicto bélico entre Arabia Saudita y Yemen.