Este evento transforma el casco central de la ciudad en una galería de calle
Maracaibo, la segunda ciudad más poblada de Venezuela, famosa por sus gaitas y sus altas temperaturas, está transformando su casco histórico urbano en una vistosa galería de calle, en el que habitantes y turistas podrán acercarse a disfrutar del color, la pintura y de las artes en los espacios comunes.
Este propósito se está logrando mediante un plan de recuperación del área central de la llamada “Ciudad del Sol Amada”, donde se ubican las principales casas comerciales, el puerto y las sedes de las más importantes instituciones públicas. El plan es impulsado por el gobierno local, en ocasión de celebrarse los 490 años de la fundación de la capital del estado Zulia.
El programa de recuperación y transformación del casco histórico apoya igualmente la realización del Segundo Festival Internacional de Grafitti y Muralismo, actividad que se efectúa mediante el apoyo de la Alcaldía de Maracaibo y la agrupación de artistas “El Horno Colectivo”.
La primera edición de este evento se efectuó en octubre de 2018 en el casco histórico de la ciudad, con la participación de 24 artistas urbanos provenientes de Mérida, Caracas, Maracay y Maracaibo.
En la edición 2019 participan creadores locales y foráneos, provenientes de Cuba y Colombia, convocador por “El Horno Colectivo”, grupo de creadores que cumplirá dos años el próximo mes de noviembre.
Miguel Herrera, su director, explicó que son un colectivo de artistas que promueven actividades socioculturales, uniendo sus saberes para llevarle un poco de color y vida a la ciudad. En esta ocasión participan en su cuarto proyecto de pintura urbana.
Las casas murales
Explicó Herrera que el trabajo que está desarrollando El Horno Colectivo en el casco histórico de Maracaibo, consiste básicamente en pintura y rescate de las casas murales.
“Los edificios que hemos intervenido no son históricos”, aclaró y el trabajo se realiza “respetando el patrimonio nacional y cultural del centro de Maracaibo”.
Herrera resaltó que la pintura que se utiliza es una paleta de colores, que representa a la ciudad y muestra el sol radiante que la ilumina los 365 días del año, pasando por sus atardeceres naranjas, el morado del rayo del Catatumbo y el azul del cielo, tonalidades que resaltan lo cálido y lo colorido de la idiosincrasia zuliana.
La primera casa mural que trabajaron es el edificio La Cubana, ubicado en la amplia y tradicional avenida El Milagro. En el remozamiento de esta construcción se utilizaron más de 150 litros de pintura.
El edificio de tres pisos, emblemático del centro de la ciudad, cambió completamente la estructura visual del espacio en el que se ubica, justo al lado de la también recuperada plaza Alí Primera.
“Queremos que vengan a sacarse fotos aquí, que la gente se apodere de la ciudad y del casco histórico”, agregó Herrera.
Cinco familias viven en esta edificación, la residente más antigua es Alicia Méndez, quien tiene 30 años en el edificio La Cubana. Admitió que jamás ha visto tanta recuperación como ahora. “Creo que yo y todos los que vivimos aquí debemos sentirnos orgullosos cuando digamos qué linda quedó la casa,” dijo Méndez.
Johanna Sánchez, quien habita el edificio desde hace 17 años, cree que la recuperación del casco histórico se traduce en devolverle la belleza a la ciudad y rescatar la cultura del maracaibero.
La segunda casa mural que se empleó dentro del plan de recuperación está ubicada en la llamada Calle Derecha, pero en la esquina de la calle 8. Tiene como símbolo referencial el rombo que representa los cuatro elementos, cuatro puntos cardinales y el infinito, símbolo muy utilizado por el pueblo originario Wayuu en sus representaciones artísticas y artesanales.
“La maldad, la delincuencia, lo negativo, siempre está en lo oscuro, lo sucio, lo destruido y al nosotros transformar esa perspectiva con color, con luz, con alegría y ocupando los espacios desde la óptica del arte, estamos seguros que la maldad y la delincuencia se alejan”, manifestó Herrera.
El director del Horno Colectivo invitó a los habitantes de la ciudad a acercarse al casco central y disfrutar de los espacios en familia, pero también a cuidarlos.