La Organización Mundial para las Migraciones (OIM) denunció que la ONG SOS Méditerranée alertó y pidió durante dos días a las autoridades de los países del Mediterráneo que enviaran barcos para rescatar a 130 inmigrantes que habían naufragado, pero ninguno respondió a las llamadas de socorro.
Esa inacción e indiferencia provocó la muerte de todos los ocupantes de la frágil embarcación que estuvo a la deriva durante dos días y que estaba repleta de refugiados e inmigrantes, informó la agencia EFE.
“Durante dos días el teléfono de alarma de la ONG llamó a los centros de salvamento marítimo en la región del Mediterráneo, llamó a los Estados para que cumplan con sus responsabilidad hacia esas personas y que envíen barcos de rescate, lo que no sucedió”, dijo la portavoz de la OIM en Ginebra, Safa Msehli.
Agregó que esa llamadas de emergencia se hacen “una y otra vez a los Estados, que las rechazan o llegan muy tarde”.
Además del barco que protagonizó esta nueva tragedia en aguas del Mediterráneo, la OIM dijo que otros dos barcos con refugiados e inmigrantes partieron en los últimos días de Libia.
Uno de éstos últimos llevaba 103 personas a bordo, pero fue interceptado por la Guardia Costera de Libia, devuelto a este país y sus ocupantes detenidos.
“Hay informaciones de un tercer barco que lleva unas 40 personas, pero no tenemos más noticias. Ha estado en el mar durante tres días y tememos que lo peor”, comentó la portavoz.
Con el último naufragio confirmado, las muertes en el Mediterráneo se elevan desde que empezó el año a 650.
En el área más peligrosa de este mar, que es la parte central que conecta Libia e Italia, han perecido medio millar de personas, frente a 149 muertes ocurridas en circunstancias similares en el mismo periodo de 2020.
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