Oficiales del Ejército de Burkina Faso anunciaron este lunes 24 de enero que tomaron el poder, mientras que el presidente Roch Marc Christian Kaboré fue depuesto, el Gobierno y la Asamblea Nacional fueron disueltos, la Constitución fue suspendida y se cerraron las fronteras del país.
En una declaración televisada, los militares afirmaron que el Movimiento Patriótico de Salvaguarda y Restauración (MPSR), una entidad desconocida hasta ahora, «que incluye a todas las secciones del Ejército, ha decidido poner fin al cargo del presidente Kaboré en el día de hoy». Además, detallaron que la toma de posesión se había llevado a cabo sin violencia y entre las causas del levantamiento señalaron el deterioro de la situación de seguridad en el país y lo que describieron como la «incapacidad» del mandatario para unir a la nación y responder eficazmente a los desafíos que enfrenta.
Previamente, unas fuentes comunicaron este lunes fuentes a AFP, que el presidente de Burkina Faso fue retenido por soldados amotinados en un campamento militar después de que se produjeran la noche del pasado domingo fuertes disparos cerca de su residencia, ubicada en la capital del país, Uagadugú.
«El presidente Kaboré, el jefe del Parlamento y los ministros están efectivamente en manos de los soldados» en el cuartel de Sangoule Lamizana en Uagadugú, detalló una fuente de seguridad, y otra confirmó el arresto. De acuerdo con el portal LSi Africa, la familia del mandatario abandonó el territorio burkinés.
Por su parte, el partido Movimiento Popular para el Progreso (MPP) reveló que Kaboré ha sobrevivido a un «intento de asesinato» y que su residencia privada ha sido desalojada. Agregó que lo que empezó como un motín se está convirtiendo en un golpe de estado, con las emisoras de radio y televisión nacionales «ocupadas».
La detención del mandatario se produjo luego de que los efectivos protagonizaran motines en varios cuarteles, exigiendo la destitución de la cúpula militar del país y «medios apropiados» para la lucha contra los yihadistas, lo que hizo temer un nuevo golpe de Estado en este país de África Occidental, propenso a las tomas de poder por parte de los militares.
Las tropas rebeldes presentaron una lista de reivindicaciones, en la que se hace hincapié en la necesidad de una mejor estrategia antiyihadista, pero no se menciona el intento de derrocar a Kaboré. «Queremos recursos adecuados para la batalla» contra los extremistas islamistas, subrayó un soldado de la base militar de Sangoule Lamizana, en una grabación, recibida por AFP.
Asimismo los militares exigieron que se «sustituyera» a los generales de alto rango, una mejor atención a los efectivos heridos y más apoyo a las familias de los soldados muertos en combate, añadió el portavoz de las tropas amotinadas. Desde 2015, Burkina Faso, al igual que sus vecinos Malí y Níger, ha sido objeto de atentados terroristas, atribuidos a yihadistas afiliados a Al Qaeda y al Estado Islámico, que han causado al menos 2.000 muertos y más de 1,4 millones de desplazados internos.
Mientras, LSi Africa informó el domingo que los amotinados «liberaron» al general Gilbert Diendéré, exmano derecha del depuesto presidente Blaise Compaore, que cumplía una condena de 20 años en la prisión militar, ubicada en el campamento de Sangoule Lamizana, por un intento de golpe de Estado en 2015. También se enfrenta a cargos por su presunta participación en el asesinato del líder revolucionario, Thomas Sankara, en 1987, durante un golpe de Estado que llevó a Compaore al poder.
Condena internacional
La Comunidad Económica de Estados de África Occidental subrayó en un comunicado que «condena un acto de extrema gravedad que no puede ser tolerado por la normativa correspondiente».
El jefe de la Comisión de la Unión Africana, Moussa Faki Mahamat, también condenó el «intento de golpe de Estado» y declaró que está siguiendo la evolución de los acontecimientos en la nación africana. Mahamat pidió en un comunicado al «Ejército nacional de Burkina Faso y a las Fuerzas de Seguridad del país que se adhieran estrictamente a sus deberes republicanos, a saber, la defensa de la seguridad interna y externa del país».
El alto representante de la Unión Europea para Política Exterior, Josep Borrell, también expresó su preocupación por la situación en Burkina Faso y pidió «la liberación del presidente Kaboré».
Fuente: RT.