“Estresante” y “agobiante”, así definió Francisco Gómez su rutina diaria, en la que se debe de despertar a las 6:00 de la mañana para llegar temprano a la oficina en la que trabaja de 8:00 a 18:00 horas con un salario bajo y pocas prestaciones.
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Francisco trabaja en una empresa de ventas telefónicas (call center) debido a que pesar de contar con título profesional en contabilidad, por su falta de experiencia laboral, ninguna empresa lo contrata.
Su situación le provoca frustración, la que sumada a las condiciones laborales en las que trabaja le generan ansiedad laboral.
“Me siento muy frustrado, estresado y agobiado. La verdad, no me gusta mi trabajo, pero es lo único que tengo seguro de momento porque no me contratan en ningún lado por lo mismo de la experiencia. Me molesta mucho”
Francisco Gómez
Empleado
Igual que Francisco, muchos poblanos han sentido en algún momento de su vida la llamada ansiedad laboral o síndrome de Burnout, un conjunto de factores que vulneran el desarrollo profesional de las personas.
Al respecto, Dulce María Pérez Torres, académica de la Facultad de Psicología de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep) explicó que entre los factores que ocasionan la ansiedad laboral se encuentran las largas jornadas de trabajo con breves espacios de descanso, la consecuente baja atención a las relaciones personales y el surgimiento de “pensamientos catastróficos” relacionados con el miedo de ser despedido o hacer las cosas mal, lo que provoca que las personas ya no disfruten sus empleos.
«La ansiedad laboral se debe a todo un conjunto de factores que alteran el desarrollo de las personas en su productividad y al mismo tiempo a sus relaciones interpersonales. Cuando todos estos factores se juntan, obviamente la persona baja su rendimiento, bajan sus relaciones interpersonales y seguramente está expuesto a ser despedido”
Dulce María Pérez Torres Académica de la Facultad de Psicología de la Upaep
La académica universitaria indicó que algunos de los signos más evidentes para identificar la ansiedad laboral son el mal humor, el poco ánimo, enojo, desesperación, angustia, cansancio, agotamiento, trastornos de sueño y falta de apetito, entre otros.
Algunos de estos síntomas podrían configurar cuadros depresivos, por lo que es necesario que acudan a un especialista, pues a pesar de ser similares los trastornos emocionales, no son iguales.
En caso de no ser atendida adecuadamente, la ansiedad laboral podría generar afectaciones directas a las endorfinas, serotonina y en su caso, podría desencadenar en depresión.
Pérez Torres recomendó modificar los hábitos diarios, dentro y fuera de trabajo, así como jerarquizar las prioridades laborales y personales y organizar los tiempos para cada una de las actividades de las personas.
“Una cosa a la vez; así de simple. Todos los trabajos son muy complejos, todos los trabajos requieren de muchísima concentración, todos los trabajos requieren de un inicio, un medio y un final. Entonces, ¿qué hay que hacer? : organizar mejor los tiempos y ordenar nuestra lista de prioridades”
El estrés laboral es considerado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una epidemia global, dado que es el único riesgo que se puede presentar en todos los puestos de trabajo y que puede afectar al total de la plantilla de trabajadores.
El estrés es una respuesta de carácter fisiológico a condiciones, acontecimientos o desafíos que perturban el equilibrio emocional de una persona y es causante de alteraciones en la salud, provoca ausentismo, disminuye la productividad y el rendimiento individual, dijo la especialista.
Foto: ORP Fundación Internacional/ España
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