Este jueves 12 de enero, miembros del Partido Demócrata de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, instaron al presidente Joe Biden «no dar cobijo» al exmandatario de Brasil, Jair Bolsonaro, tras el ataque de sus simpatizantes en las instalaciones del Legislativo en Brasil.
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A través de una carta, los legisladores pidieron a la administración que reevalúe el estatus de Bolsonaro en Estados Unidos y revoque su visa si es necesario, y que «el Departamento de Justicia y otras agencias federales relevantes responsabilicen, según corresponda, a cualquier actor con sede en Florida que pueda haber financiado o apoyado los crímenes violentos del 8 de enero.»
«Debemos cooperar plenamente con las autoridades brasileñas en la investigación de cualquier papel que el Sr. Bolsonaro o quienes lo rodean hayan desempeñado en los eventos del 8 de enero, y cualquier crimen que haya cometido cuando estaba en el cargo», escribieron los legisladores, encabezados por los representantes: Joaquín Castro, Gregory Meeks, Rubén Gallego, Jesús «Chuy» García y Susan Wild.
La carta llega en un momento en que el representante demócrata Bennie Thompson, expresidente del Comité 6 de Enero, ha sido contactado por funcionarios brasileños para hablar de los disturbios que se produjeron en Brasilia el pasado domingo.
Según una fuente familiarizada, las conversaciones aún no han tenido lugar, aunque Thompson declaró al medio CNN que si el trabajo y el informe del comité 6 de enero «sirven de modelo para investigaciones similares, ayudaré en todo lo posible».
Más de 1.000 personas han sido detenidas tras el ataque, y la carta de los demócratas de la Cámara argumentó que el asalto en Brasilia «se construyó sobre meses de fabricaciones pre y postelectorales del señor Bolsonaro y sus aliados afirmando que las elecciones presidenciales del 30 de octubre habían sido robadas.»
«Su propaganda de desinformación, su falta de llamamiento a los partidarios a aceptar los resultados de las elecciones y sus llamamientos activos a movilizarse contra las instituciones democráticas incitaron a miles de manifestantes a asaltar edificios gubernamentales y a participar en los actos violentos del 8 de enero contra los pilares de la democracia de Brasil», escribieron.
Bolsonaro, que abandonó Brasil poco antes de la investidura el 1 de enero del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, ha estado residiendo en Florida. Una fuente familiarizada con su reciente decisión dijo que está considerando volver a Brasil en las próximas semanas para hablar sobre las acusaciones que se han hecho contra él.
Aun así, se cree que Bolsonaro podría haber entrado a Estados Unidos con un visado A-1, que se concede a los jefes de Estado y sólo es válido mientras ocupan ese cargo.
«Como ya no es el Presidente de Brasil ni ejerce actualmente como funcionario brasileño, le pedimos que reevalúe su situación en el país para determinar si existe una base legal para su estancia y revoque cualquier visado diplomático que pueda tener», escribieron los demócratas a Biden.
El portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, no quiso comentar esta semana el estatus del visado de Bolsonaro, citando las leyes de privacidad, pero confirmó que si un A-1 «ya no está involucrado en asuntos oficiales en nombre de su gobierno, le corresponde a ese titular del visado salir de EE.UU. o solicitar un cambio a otro estatus migratorio en un plazo de 30 días.»
Con información de CNN
Foto: Archivo El Ciudadano
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