La Comisión Europea aprobó el presupuesto para el año 2014 después de 16 horas de negociaciones. El monto total sufrió una reducción de 6% en comparación con 2013, con la cifra final de 135,5 billones de euros.
Según comentó el ex Ministro de Finanzas de Lituania, Algimantas Rimkunas – cuya país ocupa la presidencia rotatoria de U.E. – los gastos estarán orientados al desarrollo económico, creación de empleos (hay alrededor de 19 millones de jóvenes desempleados en U.E.), innovación y ayuda humanitaria. Dos tercios del presupuesto estarán dirigidos a los subsidios para agricultores y proyectos inversionistas en pobres regiones de este y centro de Europa.
Por otra parte, después de varios problemas y accidentes con migrantes, autoridades europeas decidieron aumentar los gastos para protección de fronteras, control de migración y refugios. El problema hace poco parecía preocupar solamente a los países del sur, que más sufren de la afluencia de migrantes desde los países africanos. Pero en diciembre empieza a funcionar el sistema de patrullas fronterizas Eurosur con el presupuesto de 244 millones de euros anuales. Además, los países vecinos tienen que entregar sus buques y aviones para patrullar el área.
Aún el presupuesto está más austero que del año pasado, Inglaterra, Dinamarca, Suecia y Los Países Bajos lo rechazaron, optando por cortes más duros. Pero no es la única razón. Inversamente a los cortes en el presupuesto, año a año está aumentando la cantidad de sobregasto: en 2012 el monto era de 6,6 millares de euros, o 4.8%, mientras en 2011 la cifra era de 3.9%.
Mientras más países expresan su descontento con la creciente influencia de institución supranacional, Alemania – la potencia europea más grande – está discutiendo un cambio en el procedimiento para tomar decisiones acerca de la U.E. Unión Social Cristiana, el partido que está negociando para formar coalición con Demócratas Cristianas de canciller Ángela Merkel, ofreció sacar al referéndum todas aquellas propuestas que tienen que ver con la admisión de nuevos países a U.E., transferencia de ciertos derechos de nivel nacional a internacional, tanto como asignación de fondos a la Unión. “Nosotros tenemos que preguntar a la población directamente cuando se trata de las decisiones de gran importancia”, dice el documento.
El referéndum casi no se usa en Alemania actual. El derecho de la gente a votar directamente fue reducido después de la Segunda Guerra Mundial, cuando este procedimiento ayudó a Adolf Hitler a llegar al poder. Los alemanes no votaron ni en los años 90, cuando se reunieron Alemania Soviética y Alemania Occidental, ni en 2000, cuando fue la decisión de cambiar la marca alemana al euro.
Sin embargo, dicen los expertos, es poco probable que Ángela Merkel apoye la idea de restablecer referéndums, para no favorecer a los partidos y propuestas populistas y no congelar el aporte que provee Alemania a los países vecinos en los tiempos críticos de crisis.
La historia con el presupuesto aún no está terminada. El documento tiene que ser aprobado por el parlamento europeo (que pidió casi un millar de euros más de lo aprobado) y los ministros de países de la U.E.
Por Maria Akbulyakova
El Ciudadano