El mapa no es el territorio: Tensiones entre gobiernos locales y centrales en tiempos de pandemia

El 22 de mayo del presente año, el alcalde Germán Codina de la comuna de Puente Alto, por medio de diversos medios de comunicación, develaba un distanciamiento radical con la cabeza del Ministerio de Salud, el ministro Jaime Mañalich, por el manejo que se estaba haciendo de la pandemia

Por Absalón Opazo

31/05/2020

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El 22 de mayo del presente año, el alcalde Germán Codina de la comuna de Puente Alto, por medio de diversos medios de comunicación, develaba un distanciamiento radical con la cabeza del Ministerio de Salud, el ministro Jaime Mañalich, por el manejo que se estaba haciendo de la pandemia.

La crítica de Codina apuntaba a la falta de consideración del gobierno central hacia los gobiernos comunales en la perspectiva de abordaje de la pandemia. A la voz de Codina se sumaron muchos otros alcaldes de distintos sectores políticos, marcando el mismo punto. Previamente, la idea de un retorno progresivo a clases y los problemas derivados de la falta de vacunas en los consultorios, ya habían encendido la polémica entre autoridades comunales y el Minsal y su eslogan de “retorno seguro”.

Al respecto, si se quisiera observar una constante en la relación entre política y poder frente la crisis por el COVID-19, ha sido la marcada tensión entre el gobierno y sus municipios. Muchas veces, ya desde el estallido social del 2019, el senador Ossandón o el diputado Desbordes calificaron al gobierno como “falto de calle” por no comprender que es desde el territorio desde donde se debían levantar las necesidades reales de la gente y sus problemáticas locales.

En 1931, el científico polaco Alfred Korzybski dejaba para la historia de la ciencia un aforismo que refleja de forma magistral la tensa relación entre gobierno y municipios: «El mapa no es el territorio». Con esta aseveración, el también filósofo hacía ver un problema epistemológico derivado de la insalvable brecha entre la representación que hacemos de algo y la cosa misma.

Dicho de otra forma, muchas personas confunden los modelos que hacen de la realidad con la realidad misma, entendiendo que ésta asume siempre un carácter diverso y dinámico como parte de una construcción continua entre actores sociales, sociedad y cultura.

Producto de las protestas de las comunas de El Bosque, La Pintana, Renca y Recoleta, es probable que nuevamente veamos resurgir algún grado de tirantez entre alcaldes y gobierno, cuando los llamados a la “unidad nacional“ siguen teniendo como eje central la economía y no la debacle social en curso.

Que el ministro Briones y representantes de los partidos políticos lideren esta nueva iniciativa de unidad del gobierno no hace sino desantender la legítima demanda de mayor participación e injerencia que tanto municipios, como ONG’s y otras agrupaciones que conocen in situ el efecto de la pandemia, han efectuado continuamnte al Gobierno.

La pregunta nuevamente quedará abierta, entonces: ¿Quiénes conocen mejor la realidad y las necesidades de las personas para poder dar un verdadero ejemplo de gobernanza ante la población? ¿Un gobierno central alimentado por datos macro de orden socioeconómico o alcaldes que comparten la realidad y las necesidades cotidianas de la población?

Estas interrogantes, por cierto, dan para pensar algo más profundo: ante situaciones de crisis o catástrofe psicosociales, económicas y sanitarias, ¿de dónde debieran surgir las iniciativas primeras de intervención pública dirigidas al territorio? ¿De la base de la pirámide del poder o de su cúspide? Hemos visto por los medios cómo es que la Asociación Chilena de Municipalidades (AChM) muchas veces y pese a la distancia política de sus miembros, logran visiones mucho más conjuntas, unidas y cohesionadas con las necesidades de la población, que los diagnósticos surgidos del poder central o de los partidos políticos.

En tiempos de fuertes crisis representacionales me parece complejo concebir una política pública efectiva ante la pandemia, desvinculada de los personas y los lugares que habitan, más aun cuando el mismo ministro que ha liderado todo el aparataje del Estado para afrontar la pandemia reconoce su desconocimiento de las condiciones de pobreza y hacinamiento con que una buena parte de la población del país vive.

¿Cómo se puede, entonces, intervenir efectivamente sobre una realidad social y humana tan distante a la propia? El mapa, sin duda, no es el territorio…

Por Pedro Salinas Quintana – Psicólogo Clínico y Doctor en Filosofía, Académico de la Facultad de Salud de la Universidad Central de Chile. Contacto: [email protected]

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