Los peores presagios se cumplieron. Hace unos días, durante un amistoso de pretemporada que enfrentaba al Ajax con el Werder Bremen, Abdelhak Nouri, jugador del equipo holandés, se desvanecía en pleno partido, siendo trasladado de urgencia a un centro hospitalario. Tras días de gran incertidumbre, la histórica institución desvelaba una información demoledora. El joven jugador sufre un importante daño cerebral permanente.
Se le mantuvo en coma inducido durante días, mientras eran examinados a conciencia corazón y cerebro. El primero funcionaba, pero la arritmia cardiaca que sufrió dañó seriamente el segundo, sin que haya esperanzas de recuperación. Gran parte del mismo no funciona, la lesión es muy severa e irreversible. El mismo Ajax ha reconocido que las posibilidades de que el cerebro de Nouri se recupere «son nulas».
Durante días ha ido informando puntualmente el Ajax de todo lo que sucedía. Por momentos la esperanza afloró, al conocerse que el corazón funcionaba, aunque siempre el club mostrando mucha cautela en todos sus comunicados. La falta de suminstro de oxígeno fue finalmente determinante para que el estado de Nouri sea tan grave y sin opción de que se recupere.
«El sufrimiento de sus seres queridos no se puede relatar, es terrible», reconoce Van der Sar, ex guardameta y director general del Ajax, añadiendo que «es un golpe muy duro golpe para todos, aunque es cierto que sabíamos que este escenario se podía dar». Mientras, Abderrahim, el hermano del jugador, informó que cuando «cuando se despertó no podía caminar, pensar, hablar o comer. Seguramente ni siquiera nos reconoció, según nos dijeron los médicos».