En la España de la crisis financiera, muchos “indignados” se preparan para el después. El después del capitalismo. Conocemos a dos integrantes de la Cooperativa Integral Granadina.
Cuando, hace mas de un año, el movimiento 15-M tomó las calles de España con centenares de miles de personas, reclamando “Democracia real ¡Ya! No somos mercancía en manos de políticos y banqueros.”, el gran logro de este movimiento fue dar ilusión a muchos españoles que entre sí se pudiera cambiar algo.
Después de 15 meses, las manifestaciones y asambleas dejan de dar ilusión a muchos indignados. Para muchos las asambleas y trabajo en comisiones se vuelve tedioso por debates extensos y repetitivos. Sólo en ocasiones, y gracias al gobierno conservador, las manifestaciones convocadas por 15-M reúnen multitudes. Es en las calles y las plazas de España que indignación y frustración encuentran alivio y consuelo por un momento.
Cansados de buscar diálogo ante el dominador monólogo de un petrificado sistema, el ejercicio más constructivo parece a muchos ser retirarse a construir otra cosa. Ansia alentada no sólo por la desesperación política sino también por un sufrimiento económico nacional.
EL COOPERATIVISMO INTEGRAL
Laura Domínguez, socióloga y formadora de Granada, España, publicó en la revista Gresea y Echos: “Si no creemos en las instituciones, ¿es útil invertir nuestras fuerzas en acciones políticas? Ha sido una de las preguntas que más resuenan en torno al 15M.”.
Como respuesta plantea el “modelo de cooperativismo integral, una de las metas cohesionadoras que están dando sus frutos en muchas regiones españolas. Surgió años antes del 15M y ahora retoma aún más coherencia y fuerza, siendo una oportunidad para canalizar la indignación en fuerza creativa. Más allá de la indignación sumisa, el movimiento cooperativista integral y postcapitalista, responde claramente a la pregunta anterior”.
La razón de ser de los colectivos integrales es el empoderamiento y la auto-gestión de todos ámbitos de la vida. No es nuevo ni como idea ni como figura jurídica. Pero ahora se combinan un rechazo a convencionales medios y sistemas de producción, con una desacreditación de las instituciones políticas tradicionales, más la perdida de estructuras creídas fundamentales hasta la crisis. Ante este descalabro de puntos de referencia, un retiro personal es una fuerte reivindicación política: Yo con mi forma de vida seré mi propio referente.
“Creemos que una cooperativa integral puede suponer una contundente respuesta a las situaciones que vivimos, antes de ser recortadas como cromos, estableciendo redes y núcleos de producción y consumo, que suponga una forma de vida digna para todos y todas. Se trata de un proceso de aprendizaje.”, publica la Cooperativa Integral Granadina (CIG).
Oscar, integrante de la CIG, nos explica: “Estamos cansados de gritar NO! En manifestaciones y que no nos hagan caso. Para cambiar de paradigma hacen falta nuevos modelos. Bueno, aquí proponemos uno. Lo importante es que funciona vivir muy dignamente de otra manera y que se puede salir del bucle en el que estamos metidos con ésta crisis/estafa que nos imponen.”
HUERTOS COLECTIVOS EN GRANADA
Como surgieron los huertos colectivos en Granada, según explica Oscar: “Ha sido la conjunción de muchos grupos de activistas que, desde el estallido del movimiento 15M y, especialmente, de las reuniones de Ruralxs Enredadxs, grupos de activismo rural y repoblación de zonas agrícolas abandonadas, nos hemos ido conociendo y haciendo red.
Yo en concreto procedo de un grupo del 15M “La Comida en Nuestras Manos” con el que empezamos el activismo agro-ecológico. Organizamos encuentros de intercambios de semillas y de Prosumidores, encuentros de productores y consumidores de forma directa, para acceder a productos de la máxima calidad con un precio reducido, eliminar intermediarios como grandes distribuidores y fomentar redes de confianza y un pago más justo para los productores ecológicos, verdaderos activistas a los que debemos apoyar.
Nuestra iniciativa de huerto colectivo, “Huerto Paraíso” comenzó como una mini-experiencia colectiva de auto-formación entre “urbanitas” de Granada con curiosidad agro-ecológica y voluntad de alcanzar un mayor nivel de coherencia personal y contacto con las raíces de nuestra vida.”
ENCONTRANDO LO COMÚN
Al contrario al carácter fuertemente retórico y abstracto del movimiento 15-M, las cooperativas integrales logran reunir más diversos sueños bajo el techo común de la auto-gestión alimentaria: Satisface la nostalgia de hijos de las regiones y ciudades españolas rápidamente urbanizadas y gentrificadas. Da espiritualidad y conexión con la naturaleza en un sistema alienado. Une amigos y familias en un proyecto. Dará trabajo en un país sin empleo. En un contexto de impotencia omnipresente, dota a la persona con un sentimiento de auto-realización y auto-determinación.
Miguel, también integrante del Huerto Paraíso, describe: “Creo que todos nosotros creemos necesario escapar de los controles difusos y la vida socio-política desmembrada e incoherente de este sistema, sus dependencias internacionales, sus flujos económicos y el escaso poder de respuesta y acción que tenemos nosotros. Perseguimos una independencia real frente a este sistema de valores, pero creándola entre todos y desde la base. Pretendemos con esto entre otras cosas que la soberanía popular se convierta en lo que debería ser, un poder directo y sin intermediarios entre las personas y su mundo más cercano, siendo el respeto ecológico un valor clave.”
Resume Laura: “Se trata de recuperar la dimensión ética y humana de las actividades económicas, con una economía basada en la solidaridad, la reciprocidad y el apoyo mutuo.”
LA SOBERANÍA ALIMENTARIA
Oscar afirma: “Para nosotros la auto-gestión alimentaria es la base de todo lo demás. Como europeos no podemos seguir pretendiendo explotar a otros países más pobres para producir la alimentación de forma industrial que nosotros mismos podríamos gestionar de manera local y ecológica.
Estamos en un momento de cambio de paradigma: Necesitamos adaptarnos a cambios en la distribución de los alimentos, la subida del precio del petróleo y sus derivados. La manera más lógica es gestionar la alimentación en el entorno, los “productos de kilómetro 0”, que sean producidos en un entorno de no más de 100 kilómetros.
Creemos que el acceso a productos locales y de temporada también es una apuesta importante por la salud, los alimentos deben ser nuestros mejores medicamentos y nuestra inversión de futuro. Nuestra calidad de vida dependerá muy directamente de ellos. Al fin y al cabo, somos lo que comemos.”
Miguel señala: “Es posible que de pronto la comida sea lo siguiente que se alce dentro del mercado especulativo, se habla ya de una próxima burbuja alimentaria. Es importante ser conscientes de que la comida es lo primero de lo primero para sobrevivir y que es relativamente sencillo producir para el auto-sustento. Podría eliminar bastante la dependencia que tenemos hacía los supermercados y productos provenientes de no-se-sabe-donde-ni-con-que-tratamiento”.
LA FUERZA DE LA COOPERATIVA
La esperanza que dan las cooperativas es precisamente su coordinación y cooperación. En el contexto globalizado de hoy, la agricultura goza de una mayor infraestructura de apoyo, de una comunicación ágil y de integrantes altamente educados. Es así que aunque los proyectos se inician mayoritariamente a nivel muy micro, la proyección a largo plazo y en gran dimensión nunca se pierde de vista, à la Coline Serreau en su documental “Solutions locales pour un désordre globale”. Los cooperativistas empiezan con cambiar su propia vida, pero apuntan hacía cambiar el mundo.
Gwendolen Pare
El Ciudadano