La dieta de la milpa es un modelo saludable de alimentación de origen mesoamericano, que tiene como centro nutritivo-cultural a los productos de la milpa, es decir, maíz, frijol, chile y calabaza, más los demás alimentos de origen mesoamericano que se consumen en México, junto con aquellos adoptados por la cocina tradicional mexicana de origen externo, combinados de forma saludable.
Lee más: Puebla y Tlaxcala impulsan infraestructura, seguridad y medio ambiente
La milpa es un agro-sistema productivo alimentario basado en el policultivo que puede incluir distintos vegetales según la región, aunque generalmente se refiere a la triada maíz, frijol y calabaza.
La milpa se vuelve el eje organizador de la producción. Se complementa con el cultivo de hortalizas, árboles frutales y hierbas medicinales en el solar, y actividades artesanales y servicios varios como el pequeño comercio o la atención tradicional de la salud.
Es común que, en algunas regiones, los linderos están conformados por hileras de nopales o magueyes, como elementos retenedores del suelo que proporcionan, además, diferentes alimentos y productos.
La milpa es una de las técnicas agrícolas más sensatas y productivas en el mundo, desde los puntos de vista ecológico y de seguridad alimentaria.
Ventajas de la dieta de la milpa
- Balance proteico. Es difícil excederse en proteínas por el aporte de fibra que estimula saciedad.
- Los alimentos con proteína vegetal aportan fibra soluble e insoluble, que inhibe la absorción de colesterol, disminuyendo el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
- Favorece el balance ácido alcalino debido a que la proteína vegetal tiene mayor aporte de calcio y magnesio, por lo tanto, valores más adecuados del potencial renal ácido.
- Menor aporte de grasas.
- Favorece el estado de antioxidación o de balance oxidativo.
- Un efecto antitóxico. La dieta de la milpa favorece la eliminación de toxinas a través de su aporte de sustancias que favorecen la menor formación de sustancias tóxicas en los metabolismos y la optimización en la eliminación de estas sustancias.
Se puede aplicar la dieta de la milpa con los siguientes principios:
- Definir las compras y diseñar los menús diarios de acuerdo a la proporción de alimentos especificados en la pirámide nutricional, sustentada en la dieta de la milpa en comparación con la mediterránea, aprovechando los alimentos y el conocimiento culinario regional. Recordar que es muy importante reducir de manera significativa el consumo de productos cárnicos, especialmente de los embutidos.
- Retirar las recetas y platillos preparados con manteca y exceso de grasas, como fritangas, capeados y tamales, disminuyendo su consumo. La crema se puede sustituir por el yogurt, de preferencia no industrializado.
- El consumo de la tortilla, otras preparaciones a base de maíz, así como el aguacate, los tubérculos y las frutas dulces, debe de realizarse de acuerdo a la cantidad de energía gastada al día. Estos alimentos son saludables, pero su contenido calórico produce obesidad, por lo que a mayor actividad física diaria se pueden consumir en mayor cantidad, y en menor actividad física se deben de consumir menos. Recordar que son como el combustible de nuestro cuerpo. Aquí hay que poner mucha atención.
- Aprovechar los alimentos regionales y consumirlos de preferencia en temporada. Esto los hace más nutritivos y económicos.
- Es recomendable conseguir los alimentos de este modelo alimenticio en los mercados locales, de acuerdo a la estación.
- Se pueden integrar algunos alimentos saludables de otras regiones del propio país y del mundo, en este caso de la dieta mediterránea y la asiática, pero bajo los mismos principios, y la proporción especificada en la pirámide, de manera que enriquezcan, pero no sustituyan la dieta de la milpa.
- En las zonas rurales e indígenas, aprovechar la milpa y el solar como complemento de la alimentación.
- En las zonas urbanas, sembrar en macetas en patios y azoteas, para complementar la alimentación con productos saludables.
Foto: Secretaría de Salud federal
Recuerda suscribirte a nuestro boletín