Maradona y Fidel; fútbol, política y solidaridad entre los pueblos
Por Jean Flores Quintana
El Ciudadano
El día 25 de noviembre termina por marcar para siempre las figuras de Diego Armando Maradona y Fidel Castro; ambos pasan a la eternidad de la memoria popular el mismo día, con cuatro años de diferencia, el líder cubano fallece en 2016, mientras que el ídolo argentino lo hace en 2020.
Latinoamérica ha entregado al mundo grandes referentes culturales, sin embargo, en esa larga lista, sin duda, están el nacido en Villa Fiorito (30 de octubre de 1960, Argentina), y el que dio sus primeros pasos en Birán (13 de agosto de 1926, Cuba).
El origen de la amistad entre ambos se remonta a julio 1987, tras ganar el mundial de fútbol y tocar las puertas del cielo, el barrilete cósmico decide viajar a Cuba por primera vez para recibir el premio al Mejor Deportista Latinoamericano, ganado en la encuesta de Prensa Latina. Tras el encuentro con Castro Ruz, Maradona declaró: “Dicen que él arrancó con 12 hombres y tres fusiles en la Sierra Maestra y ahora me doy cuenta de por qué ganó: tiene una convicción de hierro. Fidel Castro es una personalidad difícil de olvidar. Es una historia viviente. Yo defiendo mi fútbol como él a su pueblo”.
Luego de la caída del muro de Berlín y la imposición de la doctrina neoliberal en occidente con las recetas del consenso de Washington, el embargo estadounidense sobre Cuba vive sus días más cruentos. A partir del año 1992, el gobierno de Bush estableció sanciones a terceros países que tengan relaciones económicas con Estados Unidos y decidan abrir puentes comerciales con la Habana.
En este contexto de criminalización sobre la isla rebelde, Maradona fue rostro de la ayuda internacional y de poner fin al bloqueo. Tras esto, Fidel le escribió: «Te agradezco profundamente tan amables expresiones públicas de cariño y solidaridad con nuestro pueblo y su ardua lucha. Nos estimula saber que hay gente como tú a lo largo de todos los países, de lo que José Martí llamó Nuestra América».
La relación de amistad se profundizó con los años, junto con la habitual correspondencia, se encontraron en múltiples oportunidades, entre otras cosas por los tratamientos contra la adicción a los que el Pibe de Oro se sometería con especialistas cubanos.
El año en curso, 2023, el mundo ha visto atónito las acciones criminales que el Estado de Israel ejerce sobre el pueblo palestino. No obstante, aún hoy, con todos los videos e imágenes que circulan públicamente, algunos niegan, o peor, continúan justificando las acciones militares de israelíes sobre niños, niñas, adolescentes, ancianos, mujeres, inocentes, escuelas y hospitales.
Con la capacidad que solo tienen los que ven más allá de la curva, de los que crean el espacio donde no existe, de los que levantan la cabeza para ver el panorama completo, Maradona y Fidel condenaron tempranamente al Estado genocida de Israel.
«El pueblo palestino tiene necesidad de ayuda de todos y yo estoy a su disposición. Soy el hincha número uno«. Diría el 10, en 2012.
“Póngase fin cuanto antes al genocidio del pueblo palestino, que tiene lugar ante los ojos atónitos del mundo. Protéjase el derecho elemental a la vida de sus ciudadanos, de sus jóvenes y sus niños. Respétese su derecho a la independencia y a la paz, y nada habrá que temer de los documentos de las Naciones Unidas”. Expuso Castro, en 2001.
El fútbol, la política y la solidaridad entre los pueblos responde a las pulsiones y pasiones de los que toman posición frente a los poderosos. Erguir la bandera ante la codicia del Estado invasor, cualquiera sea la cancha, es una muestra de profundo amor por el pueblo.
«Si algo he aprendido contigo a lo largo de años de sincera y hermosa amistad, es que la lealtad no tiene precio, que un amigo vale más que todo el oro del mundo, y que las ideas no se negocian«. Escribiría Diego Armando Maradona a Fidel Castro, en 2015.