Granjero inglés desafía las hipotecas y se hace una casa por 240 dólares

  Un ingenioso granjero británico ha construido una casa ecológica por tan solo 150 libras esterlinas (unos 240 dólares) para demostrar que es posible poseer una vivienda sin acudir a las hipotecas bancarias y sin endeudarse de por vida

Granjero inglés desafía las hipotecas y se hace una casa por 240 dólares

Autor: Mauricio Becerra

 casa granjero

Un ingenioso granjero británico ha construido una casa ecológica por tan solo 150 libras esterlinas (unos 240 dólares) para demostrar que es posible poseer una vivienda sin acudir a las hipotecas bancarias y sin endeudarse de por vida.

Según el diario ‘Metro’, Michael Buck, un exprofesor de 59 años de edad, edificó una llamativa cabaña en su terreno, que se encuentra en un placentero lugar boscoso cerca de Oxford, Reino Unido.

Buck indicó que construyó la pequeña casa con sus propias manos en ocho meses, sin la ayuda de herramienta eléctrica alguna. Explicó también que levantó las paredes usando una mezcla de arena, arcilla, paja y estiércol de vaca. Mientras que para el techo armó una estructura de madera y lo cubrió con paja.

Michael tampoco tuvo problemas con la cubierta del piso, que cubrió con tablas sacadas de una vieja casa abandonada. Además, usó los parabrisas de un viejo camión para cerrar las inusuales ventanas de su casa.

La inusual cabaña cuenta con una cocina, comedor y una cama que se encuentra en un espacio elevado a media altura. El inmueble no cuenta con electricidad, pero una estufa de leña proporciona calor, mientras que el agua es llevada por una tubería desde un manantial natural cercano.

Asimismo, un pequeño pozo junto a la puerta de entrada sirve como nevera. Tampoco dejó pasar por alto el baño, para lo cual detrás de la casa construyó una letrina cubierta con paja, desde donde «se abren espectaculares vistas panorámicas de la campiña».

«Una casa no tiene por qué costar un ojo de la cara, solo se necesita la tierra para construir», dijo Buck, quien ya ha arrendado su obra a otro granjero por un litro y medio de leche fresca.

«Quise desafiar a las hipotecas, demostrar que las personas no necesitan trabajar toda su vida para pagar un préstamo. No hay que pagar grandes cantidades de dinero por una casa, todo lo que necesita es un terreno para su construcción», señaló el ingenioso granjero.

Concluyó: «Originalmente planeaba construir invirtiendo los mínimos recursos, pero calculé mal la cantidad de paja y tuve que comprar más. Por eso la casa me costó 150 libras».

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