Tan sólo de una noche pudo ser la visita de Amparo Sánchez, ex líder y fundadora de Amparanoia, quien pasaba por nuestro país en el marco del mes de la “No violencia contra la Mujer”. Los afortunados compartieron con ella en una presentación íntima en el Bar El Clan, donde la voz española lució su último trabajo, Alma de Cantaora.
Que está más madura. Que dejó la rebeldía por la calma. Que tener 25 no es lo mismo que gozar los 43. Todo eso se ha dicho de la Amparo Sánchez que ayer llegó a Chile en una visita que no estuvo exenta de desafortunadas sorpresas.
Si bien Sánchez tiene un repertorio que da para mucho más que un paso fortuito por la capital, es verdad que la agenda de esta ocasión venía ajustada, tanto como para que su productor la describiese como una “gira muy rápida y llena de inconvenientes”. Es que el asunto se volvió caótico llegado el turno de Chile, un paro de la aduana nacional hizo de su viaje un vuelo de catorce horas y un error de GPS llevó a la cantante hasta una población lo suficientemente lejos como para que el programa se desordenara.
Finalmente la cita en el Bar El Clan se llevó a cabo sin mayores problemas y la gente se deleitó con lo que es el vozarrón andaluz de la cantante, quien guarda en sus cuerdas todos los sabores que han hecho de su carrera un andar mestizo y, según muchos, ahora madurado.
Alma de Cantaora es su segundo material como solista, aunque en esta ocasión realizó un trabajo de colaboraciones donde más de nueve artistas comparten voz con quien se ha consagrado como la dama del mestizaje hispanoamericano.
Como un disco acústico, desnudo, tranquilo, anclado en la naturaleza, marcado por la sencillez y por las atmósferas fronterizas, se presenta este material de quien años atrás interpretaba estilos como el jazz y el blues y ahora vuelve con lo íntimo y lo acústico. Bebe, Mane Farret, el cantautor Muerdo y el grupo de folk indie, Calexico, son algunos de los que se funden en el llamado de Sánchez a Volver a la tierra.
Por María Jesús Ibáñez C.
El Ciudadano / Clarín