La NASA desarrolló un perfume con aroma al espacio exterior, basado en el olor percibido y descrito por los astronautas luego de expediciones espaciales.
Los relatos de los astronautas fueron la pieza clave para lograr el desarrollo de esta fragancia, según los diferentes testimonios de los exploradores, el espacio exterior huele a una mezcla particular de “metal caliente, carne quemada, pasteles chamuscados y pólvora gastada”.
Tim Peake, astronauta estadounidense, comparó el olor con el de la electricidad estática, similar al aroma de metal quemado tras una descarga eléctrica, en su último libro.
Existen diversas teorías que intentan comprender el origen del olor espacial. Algunas de ellas sugieren la relación con el oxígeno atómico, generado por los rayos ultravioleta del sol, que se adhiere a trajes espaciales y desencadena reacciones químicas. Otras, apuntan a las explosiones de supernovas, que podrían producir moléculas malolientes llamadas hidrocarburos aromáticos policíclicos.