El camino ha hecho maravillas en Anarkía Tropical. Sin perder un ápice del humor negro y la insolencia que los caracteriza desde “Satán es mi cumbia” (2006), hoy atacan con un intenso disco multicolor y caleidoscópico, que se encarama como niña al lomo de la tradición cumbiera sudamericana y la revolución.
Desde el comienzo, se dibuja la influencia de la selvática y de la chicha peruana, tanto a nivel estilístico como de imaginarios. “Ayahuasca” (eufórica versión del tema de Explosión de Iquitos) y “El silbido del Tunche” (con la animación de Los Chapillacs de Arequipa) dan cuenta de ambos aspectos. El sonido, así, se pertrecha de los elementos característicos del sicotropicalismo -delay, wah wah, voces con eco, órganos- dispuestos brillantemente desde la consola por Daniel Llermaly.
También hay espacio para giros más “rockeros”, como en “Satán es el surf”, o en el final de “La sonora del terror y los zombies cumbieros”, donde un puente jazzero (con theremin incluido) da paso a un remate punk rock, que ahora menos recurrente, nos recuerda que todo empezó con dos o tres riffs.
En Anarkía Tropical no operó una investigación academicista del género, sino una inmersión participante, a través del compartir la música y la cultura de la cumbia en sus espacios naturales. Así, se asoma la cumbia villera en “Alucinaaa!!!”, la colombiana en la intro de “La tierra kontrataka»; o los ritmos más juguetones en “Mamingas…” (canto de agradecimiento a todas las generosas mamitas de los mercados de Sudamérica). Cada uno de estos abordajes se percibe respetuoso de sus fuentes, pero van allá del ejercicio de estilo, en un gesto de apropiación y comunión que no ha hecho más que enriquecer una propuesta que resulta más potente que nunca porque, también, hoy tocan mejor que nunca.
Hacia el final, “Fascistafari” ironiza en su letra (“Fascistari /perdona por no tomar Flores de Bach (…) Fascistafari / perdona por no ser cantante de reggae / tu que eres dueño de la SCD / y paqueas bajar música por Internet”) a punta de un dub con aportes de Combo Ginebra y La Golden Acapulco; y “Prende la mecha” (inspirada en “Prende la vela”), con la colaboración de la cantautora Evelyn Cornejo, donde se adentran en el mapale a través de tambores, gaitas y coros, que se aglutinan hasta dar forma a un canto tribal sobre los muertos en democracia, que luego revienta en ritmo tropical y remate hardcore punk.
Por exploración musical y sonido, “La venganza de los brujos” es el mejor disco de Anarkía Tropical hasta el momento y amenaza con convertirse en uno de los mejores del año en este territorio, aún cuando su sentido internacionalista resista encuadrarlo bajo los moldes de la llamada nueva cumbia chilena.
ANARKIA TROPICAL
“La venganza de los brujos”
CD, Autoedición
2013
Por Cristóbal Cornejo
Publicado en El Ciudadano n°148, noviembre de 2013