Por Melissa Martínez, ONG Qarapara, y Felipe Pizarro, Fundación Mar y Ciencia
El proyecto «Copiaport-E», un ambicioso megapuerto planificado para su construcción en Bahía Chascos, Chile, ha alcanzado una fase crucial con la apertura del proceso de Participación Ciudadana para su Estudio de Impacto Ambiental, que estará abierta hasta el 8 de febrero.
Este megapuerto, que contempla la edificación de un terminal multipropósito y otro de granos, además de un muelle flotante, ha generado preocupaciones significativas acerca de posibles efectos negativos en el ecosistema marino local. Entre las especies más afectadas se encuentran las tortugas marinas, que han convertido a Bahía Chascos en su hogar.
Por ello, organizaciones comprometidas por la protección del océano se han organizado para realizar un taller y así instar a la ciudadanía a participar de este proceso.
Bahía Chascos, reconocida por su rica biodiversidad marina, se erige como un enclave crucial para las tortugas marinas, aves y ballenas que visitan la zona, por lo que la construcción del megapuerto podría tener impactos devastadores en el fondo marino y la vida silvestre que depende de él.
En este contexto, la participación ciudadana se presenta como un mecanismo para abordar estas inquietudes, invitando a individuos y entidades a compartir sus opiniones y observaciones sobre el proyecto.
Este proceso destaca la importancia de la inclusión pública en la toma de decisiones ambientales, especialmente en proyectos con el potencial de alterar significativamente los ecosistemas naturales y únicos en el mundo.
Ubicada a más de 80 km de la ciudad de Copiapó, en la Región de Atacama, al sur de la comuna de Caldera, se encuentra Bahía Chascos, un rincón prístino rodeado de vegetación endémica propia del desierto.
Aquí, decenas de especies de aves marinas, peces, cetáceos y tortugas verdes (Chelonia mydas) encuentran un excelente sitio de refugio y alimentación. Especialmente esta última, que utilizan los pastos marinos como una de sus principales fuentes de alimentación.
Es en esta bahía, uno de los pocos lugares de Chile, donde se puede encontrar esta vegetación que provee diversos servicios ecosistémicos como capturar carbono y erosión de la costa costera. Es decir, la bahía es esencial para estos reptiles marinos, que migran desde las Islas Galápagos y encuentran ahí el sitio de agregación más austral del Océano Pacífico Oriental, que es también un sitio crucial de nidificación para el pingüino de Humboldt y un punto de paso para diversos cetáceos en sus rutas migratorias.
Asimismo, habitan mamíferos como el zorro chilla, roedores nativos como el cururo (Spalacopus cyanus), y hay flora del desierto con alto nivel de endemismo como añañucas (Rhodophiala rhodolirion) y pata de guanaco (Cistanthe sp.), entre otras especies.
Bajo el agua, alberga grandes mantos de bosque marino del alga Macrocystis pyrifera (huiro flotador), la pradera más grande de pastos marinos que existe en Chile, y además tiene, excepcionalmente, aguas bastante cálidas y una costa poco profunda, lo que la convierte en el lugar predilecto para la alimentación de las tortugas.
Este lugar no es solo un sitio de importancia por su biodiversidad, sino que es sitio de la recolección de algas y productos marinos, lo que constituye el principal sustento económico para los habitantes de la zona, actividad que se vería amenazada con la instalación de un megapuerto como «Copiaport-E».
Esta no es la primera amenaza que afecta a la bahía. Otros proyectos como la Termoeléctrica Castilla y Andes LNG han buscado instalarse allí. Este último fue rechazado gracias a la movilización ciudadana liderada por el Colectivo en Defensa del Medio Ambiente de Atacama (Codemaa), entre otras organizaciones ambientales y dedicadas a la conservación, incluyendo también los municipios de Caldera y Copiapó, evidenciando así la constante lucha de la comunidad por mantener su territorio sin amenazas
Carol Medrano, bióloga de la ONG Qarapara, dedicada a la investigación y conservación de las tortugas marinas en Bahía Chascos, coincide en que un megaproyecto de estas dimensiones afectaría irremediablemente la biodiversidad marina y terrestre de la zona.
«Este territorio tiene gran importancia patrimonial y potencial turístico. Sería ideal crear un área protegida en esta zona, con una categoría que sea compatible con los usos humanos y tradicionales, lo que podría ser un incentivo también para los habitantes locales», señala Medrano, quien agrega la urgencia de proteger este lugar, especialmente considerando la pertenencia de Chile a la Convención Interamericana para la Protección y Conservación de las Tortugas Marinas desde el año 2001.
Taller online
La realización de un megaproyecto como «Copiaport-E» no solo amenaza la riqueza natural de este territorio, sino también la identidad y la economía de la comunidad local.
Para involucrar a la ciudadanía en la protección de Bahía Chascos, se invita a un taller online el 31 de enero a las 19.00 hrs., organizado por ONG Qarapara y Fundación Mar y Ciencia.
El taller ‘Observaciones Ciudadanas en el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental’, tiene por objetivo brindar a la comunidad una oportunidad para contribuir activamente a la conservación de este valioso ecosistema, a través de fomentar su participación en el servicio de impacto ambiental.
Para participar, contactarse con la Fundación Mar y Ciencia AQUÍ
Cada observación ingresada puede hacer una diferencia para que la naturaleza pueda ser considerada en este proceso. Estamos en un momento crucial para influir en el futuro de Bahía Chascos y garantizar la preservación de su rica biodiversidad y los medios de vida de sus habitantes ¡No nos quedamos fuera! Tienes hasta el 8 de febrero para poder participar.
Por Melissa Martínez, ONG Qarapara, y Felipe Pizarro, Fundación Mar y Ciencia
Foto portada tortuga marina: Víctor Zavala
Sigue leyendo:
Hazte socio 👍
Con tu donación aportas a la sostenibilidad económica y existencia de este medio.
Elige cómo quieres aportar a la existencia y financiamiento colectivo de este medio!
Reveniu 
