Sísifo (Intervención tipo happening frente al Museo Nacional de Bellas Artes)

La polémica roca instalada frente al Bellas Artes por el artista nacional Enrique Matthey apareció nuevamente intervenida esta vez no con consignas, graffitis u ofensas sino con la particular yuxtaposición a la misma roca de una figura humana esculpida de aproximadamente 50 a 60 cms.

Sísifo (Intervención tipo happening frente al Museo Nacional de Bellas Artes)

Autor: El Ciudadano

Comunicado oficial:
CON SINGULAR INTERVENCIÓN SE REABRIÓ LA TENSIÓN EN TORNO A LA POLÉMICA ROCA FRENTE AL BELLAS ARTES

La polémica roca instalada frente al Bellas Artes por el artista nacional Enrique Matthey apareció nuevamente intervenida esta vez no con consignas, graffitis u ofensas sino con la particular yuxtaposición a la misma roca de una figura humana esculpida de aproximadamente 50 a 60 cms.

La escultura denota una clara actitud corporal donde intenta desplazar a la gran piedra como queriendo que se devele o revele algo que hay bajo ella. Justamente bajo ella en la propia vereda se incorporó el texto “rdad y justicia” de la cual desprendemos que hacía alusión a la deuda por “verdad y justicia en Chile”.

La intervención que salió a la luz se atribuye al artista visual Marcel Solá, creador de diversas intervenciones de arte que han tenido como tema central la lucha social y la resistencia popular.

Una de sus obras más reconocidas es la escultura del perro quiltro matapacos que se transformó en una especie de ícono de la revuelta social iniciada en octubre del 2019 y que originalmente fuera realizada con los residuos de las protestas.

Según indica una publicación reciente en redes sociales del mismo artista, parte del sentido de esta reinterpretación de la obra de Matthey es darle una nueva significación al evocar con la gran piedra el manto de impunidad que existe en Chile en torno a la sistemática violación de los derechos humanos, incluyendo el genocidio al pueblo selknam citado en la obra original de Matthey “Palabras Mayores”.

De este mismo modo, el significado de la roca está asociado a la permanencia de un modelo que reniega de las identidades para presuponernos como meros consumidores, a la inmutabilidad constitucional e inmovilidad del sistema judicial y a las políticas de Estado frente a una evidente deuda o asignatura pendiente en cuanto a memoria, justicia, reparación y garantías de no repetición.

Según la publicación el mismo artista alude a una cita al denominado Mito de Sísifo (ensayo del filósofo y escritor francés Albert Camus).

Sísifo, dentro de la mitología griega, fue quien hizo enfadar a los dioses por su extraordinaria astucia. Como castigo, fue condenado a perder la vista y a empujar perpetuamente una piedra gigante montaña arriba hasta la cima. Una vez arriba esta última volviese a caer rodando hasta el valle, desde donde debía recogerla y empujarla incesantemente hasta la cumbre.

Camus presenta la incesante e inútil tarea de Sísifo como una metáfora de la vida moderna, con el trabajo fútil en fábricas y oficinas. El obrero actual trabaja durante todos los días de su vida en las mismas tareas y ese destino trágico rara vez se hace consciente. Por el contrario, al tomar conciencia de nuestra realidad y tomando la vida y las decisiones en nuestras manos podremos llegar a ser libres.

Albert Camus plantea que el hombre rebelde será, por lo tanto, aquel que se encuentre en todo momento frente al mundo: “El rebelde no niega la historia que le rodea y trata de afirmarse en ella”.

El poeta y filósofo romano Lucrecio interpretó en el siglo I a.C. la experiencia de Sísifo en su obra “De la naturaleza de las cosas” como un símil de aquellos políticos que quieren alcanzar el poder a toda costa.

La piedra que rueda este personaje mitológico es por tanto el poder que quieren alcanzar los políticos. Al igual que en el mito, esta acción de subir la roca a la cima (o llegar al poder) es en vano, ya que no podrán con el peso del sistema. En este caso, el filósofo romano compara a Sísifo con los gobernantes para aludir a la soberbia y la ambición de los mismos para ponerse al mando del pueblo.

El proceso de transición en Chile, iniciado en el año 1990, se caracterizó por establecer desde un principio comisiones de verdad. Las mismas fueron relevantes para evidenciar parte de los crímenes de lesa humanidad cometidos en dictadura y que, en democracia, incluso, muchos negaban. Pero respecto a la justicia que esos mismos crímenes requieren, la deuda se mantiene vigente.

Cabe destacar el rol encubridor que cumplió con respecto a este tema el Poder Judicial tanto en dictadura, como en gran parte del periodo de transición. Así es como reconocieron la Ley de Amnistía, además de que gran parte de los tribunales se declararon incompetentes ante las denuncias recibidas respecto a violaciones a los derechos humanos, trasladando las mismas a la Justicia Militar.

A partir de 1998 se produce un cambio de interpretación, ya que la Corte Suprema establece que, para los casos de vulneración a los derechos humanos, la Ley de Amnistía se debe entender inaplicable. Esto abre la puerta no solo a la judicialización de miles de casos, sino también la discusión respecto a los obstáculos establecidos en dictadura y durante los primeros años de transición para la judicialización de los casos.

Al respecto, Paul Van Zyl (2011), establece que “el objetivo de la justicia transicional implica llevar a juicio a los perpetradores, revelar la verdad acerca de crímenes pasados, brindar reparaciones a las víctimas, reformar las instituciones básicas y promover la reconciliación”.

El artista busca relevar el sentido de que el Estado chileno siga trabajando en mantener viva la memoria histórica y que se avance en aspectos de justicia, principalmente en lo relativo a la utilización de los testimonios otorgados en las Comisiones de verdad y reparación.

Conjuntamente, es de vital importancia una reforma las Fuerzas Armadas y las policías, entendiendo que su lógica dictatorial de aparato represivo se mantiene vigente en democracia, situación que se evidenció con las protestas sociales ocurridas en Chile en octubre de 2019 y a través de los informes de distintas organizaciones internacionales de derechos humanos, en los cuales se estableció sistematicidad en las violaciones a los derechos humanos en Chile.

Por @marcelsolaart

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