Equipo del Museo de Arte Contemporáneo restauró otra emblemática pintura del exCongreso Nacional

La labor se puede entender como la segunda parte de un proyecto que comenzó con la restauración -por parte del mismo equipo del MAC- de la obra El Descubrimiento de Chile (1913), de fray Pedro Subercaseaux.

Equipo del Museo de Arte Contemporáneo restauró otra emblemática pintura del exCongreso Nacional

Autor: Absalón Opazo

El equipo de la Unidad de Conservación y Documentación del Museo de Arte Contemporáneo de la Universidad de Chile, liderado -en terreno- por la conservadora y restauradora Marta Rebora, terminó el proceso de restauración de la obra Primer Congreso Nacional (1905), lienzo de 5,30 x 6,00 mts., de los artistas Nicanor González Méndez y Fernando Laroche, ubicado en el hemiciclo del Senado de la República en Santiago, conocido también como Palacio del ex Congreso Nacional de Chile.

El trabajo, que se realizó durante todo el primer mes del 2024, implicó un proceso de diagnóstico, registro fotográfico, análisis del óleo (UV y microscópico), así como una limpieza superficial y del perímetro (marco), y un barnizado final de la pintura.  

La tarea se puede entender como la segunda parte de un proyecto que comenzó con la restauración -por parte del mismo equipo del MAC- de la obra El Descubrimiento de Chile (1913), de fray Pedro Subercaseaux.

«Lo que ha pasado es que el primer ejercicio de magnitud que hicimos ahí, la restauración de El Descubrimiento de Chile, tuvo una muy buena respuesta. El equipo del museo, bajo la coordinación de Marta Rébora, realizó un trabajo con muy buenos resultados. Eso permite que vengan nuevas asociaciones», explicó Daniel Cruz, director del Museo de Arte Contemporáneo.

Seguidamente, detalla que «en primera instancia, se iban a restaurar las dos obras al mismo tiempo, pero el espacio estaba ocupado por la Asamblea Constituyente. Entonces no se podía entrar con el andamiaje y detener ese proceso. Pudo no haberse realizado esta segunda reparación, pero nos pidieron que la hiciéramos».

Respecto al trabajo de restauración mismo, Pamela Navarro, coordinadora de la Unidad de Conservación y Documentación del Museo de Arte Contemporáneo, indicó que se trató de una «limpieza completa».

«Son cuadros que datan de principios del 1900 y, según los antecedentes que manejamos, El Descubrimiento de Chile no había tenido ningún tipo de mantención desde que se instaló aquí», sostuvo Navarro. 

«Las restauraciones se hacen a través de pruebas de limpieza, y se usan diferentes solventes hasta encontrar cual es el más efectivo y el menos invasivo, a fin de no deteriorar los pigmentos originales. Al final, cuando ves el antes y el después de la obra, te das cuenta que cambian un montón los colores. Eso es súper interesante porque además permite analizar la paleta del artista, etc.», agregó. 

Sobre los autores de la obra

Marta Rébora comenta: «Nicanor González fue un chileno que tuvo la oportunidad de estudiar en Francia, y creo que allá se pudo conectar con Laroche, que fue un artista francés. Entiendo que fue un llamado público, algo bien formal, y ganaron el concurso». 

«Realizando la limpieza, nos llamó mucho la atención que se distinguen las manos de los dos artistas. Se nota como el cuadro en la parte izquierda ha sido pintado por el chileno González Méndez, y la parte derecha por Laroche. Hablamos de 1900, cuando comienzan todas las vanguardias en Francia (Impresionismo), y Laroche seguramente plasma en ese cuadro su espíritu más libertino, con una paleta más variada, colores brillantes, verde, morado, rojo, naranja, con mezcla realizadas en la misma paleta. Mientras que en la izquierda, se nota un estilo más rígido y con una paleta más oscura. Es llamativo porque normalmente cuando los pintores trabajaban juntos se mezclaban», cuenta Rébora. 

El equipo del MAC estuvo integrado por Marta Rebora, junto a Carlos Sotelo, Daniela Sepúlveda, Julio Acuña, Juan Álvarez, Andrea González y Karen Hernández. Un grupo humano que debió trabajar con obras instaladas a alrededor de ocho metros de altura, ya que no se pueden bajar, pues están adheridas a la arquitectura.

«A nosotros, sin duda esto nos permite también fortalecer nuestra área de restauración» -explica Daniel Cruz-, «pero este encargo nos hace sentido también, porque se trata de obras que nos pertenecen a todos, a nuestra historia, y poder trabajar en esto, de alguna forma nos instala con un correlato sobre las necesidades del país».

La pintura original en el Senado. Conoce más sobre su historia ACÁ

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