Grandes repercusiones generaron las últimas elecciones en El Salvador. Nayib Bukele se convirtió en el primer presidente reelegido, lo que pone en alerta a la ciudadanía y Latinoamérica, pues podríamos estar en presencia de una nueva dictadura en la región.
Pero ¿Cómo lo hizo?
En 2021, dos años después de haber asumido como presidente de El Salvador, la Asamblea Legislativa (Congreso para nosotros) destituyó a los magistrados constitucionales de la Corte Suprema y al Fiscal General, siendo reemplazados por cercanos al mandatario, lo que generó una ola de críticas por la falta de contrapesos y atentar contra la separación de poderes.
Posterior a esto, la Corte permitió que fuera por la reelección, siempre y cuando, la Asamblea Legislativa le diera licencia para dejar el cargo seis meses antes. Como cuenta con una supramayoría, ocurrió.
En su discurso triunfal, apareció por el balcón del Palacio Nacional mencionando que “esta noche El Salvador ha roto todos los récords de todas las democracias de toda la historia del Mundo”.
Asimismo, tuvo duros cuestionamientos contra la prensa, las ONG y organismos internacionales pro derechos humanos.
Mira el discurso aquí:
Además de su triunfo, el mandatario celebró obtener la victoria de 58 legisladores de un total de 60. Todo indica que su nuevo periodo presidencial seguirá por la misma senda del anterior.
Bukele adquirió una gran popularidad a nivel latinoamericano y mundial por enfrentar, de forma poco convencional, un problema que afecta a toda la región: la delincuencia.
Detenciones arbitrarias, torturas de “presuntos” pandilleros, son sólo algunas de las cosas que le permitieron bajar la tasa de homicidios de 38 por cada 100 mil habitantes en 2019 a 2.4 por cada 100 mil habitantes en 2023.
Paralelo a eso, posee una estrategia comunicacional que lo posiciona como uno de los líderes más admirados por la derecha latinoamericana, donde se le ve continuamente como alguien que aplica “la mano dura”.