Aparte de celebrar el Día del amor y la amistad, este 14 de febrero los católicos conmemoran el Miércoles de Ceniza, fecha señalada en el calendario litúrgico de la Iglesia romana que pone en marcha la cuaresma, el periodo de 40 días en los que se prepara la celebración de la Pascua y los ritos de Semana Santa.
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El Miércoles de Ceniza da inicio al camino espiritual de penitencia, arrepentimiento y ayuno que marca la Cuaresma para invitar a los fieles a recordar los cuarenta días que Jesús se retiró al desierto en oración y ayuno antes de iniciar su vida pública.
Un ayuno pensado para que los católicos de entre 18 y 59 años reduzcan la cantidad de comida que consumen habitualmente a diario y que se rompe si comen entre comidas o beben algún líquido considerado como nutritivo, un gesto pensado como acto de penitencia.
La ceniza
Pero el ayuno no es la única tradición que marca el Miércoles de Ceniza, durante la jornada en las iglesias aplican ceniza en la frente de los fieles, haciendo la señal de la cruz mientras escuchan las palabras bíblicas: «Recuerda que polvo eres y en polvo te convertirás«.
Un gesto que se remonta a la tradición hebrea, cuando los judíos se cubrían con las cenizas después de haber pecado o como preparación para algún acontecimiento señalado para acercarse más a Dios a través de esta muestra de arrepentimiento.
Sin embargo, lo que muchos desconocen es el origen de las cenizas, de qué son y de dónde salen. Pues bien, estas proceden de la quema de las palmas y ramos que han sido bendecidos el Domingo de Ramos del año anterior, rociadas con agua bendita y aromatizadas con incienso.
Con información de: La Vanguardia
Foto: Archivo El Ciudadano
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