La Romería de Santa Fortuna: “Pa’ Piñera no tocamos ni cagando”

Reconocidas como una de las bandas que más arrastre tiene en el Bío Bío, La Romería de Santa Fortuna destapa su lengua para hablar de lo que se les plazca


Autor: Mauricio Becerra

Reconocidas como una de las bandas que más arrastre tiene en el Bío Bío, La Romería de Santa Fortuna destapa su lengua para hablar de lo que se les plazca. Tome palco, prenda de los buenos, y lea…

En Santiago de a poco comienzan a irse las altas temperaturas. Las noches hace rato que excluyeron a las chalas y a las pequeñas poleras que adornaban los cuerpos de los metropolitanos. La gente tampoco anda tanto en la calle, y los autos abundan las avenidas que recorren todas las arterias de la capital. Allí, en una de esas innumerables calles, se escucha el “Se ye vú y se ye vá” sonando a un costado de la vereda que intercepta las calles Bellavista con Recoleta. Un grupo penquista, de los más famosos de la música alternativa, ensaya con dos litros de cerveza y un ritmo que contagia.

Allí, en un cuartucho bastante afable para el ensayo, descansa gran parte del grupo. Se llaman La Romería de Santa Fortuna, ¿le suena?, por supuesto. Se radicaron en Santiago y se preparan para un importante viaje que harán a Inglaterra, donde tocarán ante miles de personas. “Va a ser uno de los pilares de nuestro trabajo a futuro”, cuentan los muchachos.

Compuesta por Boris Cea, Panchote Bascur, Carlos Fiore, Eduardo Buggman y Sebastián Redolés, La Romería tiene algo muy claro, no están ni ahí con Los Búnkers y esas otras bandas de plástico: “Para nosotros lo ideal no es tocar en grandes escenarios, eso es lo que nos diferencia de esos malditos de los Búnkers, ja ja ja”, van soltándola de a poco. La entrevista fue masiva, y por más que se hizo el intento de clarificar con nombres y apellidos las palabras, se identificó que todos son uno, por lo que aquí habla la banda, y no sus integrantes.

-¿Cómo asumen que ya son una banda masiva?

-Es evidente que somos los number one, ja ja.  En Concepción no hay más movimiento que el que hay nomás. Los Búnkers no son de Concepción, no tocan en Concepción nunca, van a lanzar los discos y luego chao. Nosotros somos parte del movimiento que hay en Concepción, junto a otras bandas, pero es eso lo que hay.

-Deben tener sus fans por ahí…

-Más que fans, tenemos amigos, muchos amigos, lo cual se agradece cuando salimos a tomar sin plata, ja ja ja!… la gracia de nosotros es que tocamos en todos lados, cosa que no todas las bandas hacen, o sea, podemos estar en un escenario bacán y podemos hacer lo mismo en un bar o en la calle, y eso no es muy común.

-¿Cómo describen todo este trayecto como banda?

-De primera fue hacer todo nosotros, no confiar mucho ni en productora ni en nada de eso (…) arrendábamos locales y tocábamos, ensayábamos todos los días y ahora estamos cosechando que nos conozcan y todo aquello.

-Ustedes hablaban de Los Búnkers diciendo que no eran una banda de Conce porque no tocan allá, sin embargo ustedes se radicaron en Santiago. ¿Acaso no están cayendo en lo mismo?

-Es que nosotros estamos más cercanos al público penquista que Los Búnkers, porque nuestra música es menos seria, y la de ellos es más arreglo y esas cosas. Nosotros, aparte de preocuparnos por la música, nos preocupamos del trato con la gente (…) otra cosa es que bandas como Los Búnkers y los Tres se hicieron famosas en Santiago y ahí se supo que eran de Conce. El caso de nosotros como que es al revés, tuvimos suerte de ser profetas en nuestra tierra.

-¿Qué  me dicen de la falta de espacios y desarrollo de las bandas locales?

-Tú como músico tienes que buscar tu espacio y tu forma de hacer funcionar lo que tú quieres, en vez de esperar que alguien venga a rescatar tu música o tu arte (…) el tema es que en Concepción es la ciudad de la autogestión, porque estai cagao’, si no hací weás vo’, nadie va a venir a invitarte a tocar (…) Además Conce es la cuna del rock, porque naces pero a la hora de dar un paso más allá, cagaste, tenís que venirte a Santiago o para el extranjero nomás.

-Pero para ustedes, ¿Cómo ha sido el apoyo?

-Nosotros desde que nacimos hemos trabajado con el Consejo de la Cultura, pero nuestro desarrollo ha sido mucho más de lo que se han desarrollado ellos respecto de lo que es apoyar a otras bandas y tener gente idónea para hacer cosas. Que alguien trabaje en el Consejo de la Cultura no significa que sepan trabajar en eso, porque hay gente que ni siquiera sabe producir espectáculos, tiene que estar uno diciéndoles cómo tienen que hacer las cosas, resolviendo problemas en el mismo escenario (…). El tema de las platas es otra cosa. Se demoran meses en llegar.

-En otro tema: ¿Está la política dentro de la banda?

-Es que compañero, nuestro partido no nos deja hablar… ja ja ja. No, aquí cada cual tiene su postura, pero no es un tema que nos atañe demasiado. Además, el tener estos instrumentos y hacer este tipo de música igual es una opción política. También el no tocar en ciertos lados como, por ejemplo, en alguna proclamación de Piñera o de algún otro candidato o cosas así igual es un acto político.

-¿Pero si llega algún candidato con buena plata?

-Pa’ Piñera no tocamos ni cagando, ja ja ja. O sea, si nos ofrece 10 palos vamos igual, pero arriba del escenario gritamos fuera Piñera! Ja ja ja. No, pero fíjate que una vez tocaron Los Jaivas en Conce, y la alcaldesa les entregó un premio, ¡la Alcaldesa que es UDI po weon’!, y los locos la mandaron a la mierda. Una weá es la pega, de repente por trabajar uno termina tocando por cualquier candidato, cachai’. Igual, la gente es bastante cuerda para no votar por un conchesumadre como Piñera.

-¿La Romería aún toca gratis?

-Pero todo el rato. Va dependiendo de la ocasión. Demás tocaríamos gratis, regalaríamos nuestros discos incluso, pero no le contí a nadie eso sí, ja ja ja!. La gracia de La Romería es que es música popular, que funciona en las calles y si no funciona en las calles, menos lo hará en un escenario, esa es nuestra gracia.

El reloj marca las 23:30 horas. La Romería se repone de este recreo que resultó ser esta entrevista y se pone manos a la obra. Con instrumentos en manos, vuelven a la música, mientras yo le pongo stop a la grabadora, y me dispongo a escucharlos.

Por Julio Sánchez Agurto

LaDiagonal.cl


Reels

Ver Más »
Busca en El Ciudadano