La Polar: un juicio necesario en estos tiempos

  El Viernes 17 de Enero del 2014, en el contexto del Festival Teatro a Mil, pudimos ver la obra de Teatro de Muñecos “La Polar”, montada por el colectivo “Viaje Inmóvil” en el Anfiteatro del Museo de Bellas Artes, que está a su cargo desde hace más de dos años

La Polar: un juicio necesario en estos tiempos

Autor: Cristobal Cornejo

 

la polar

El Viernes 17 de Enero del 2014, en el contexto del Festival Teatro a Mil, pudimos ver la obra de Teatro de Muñecos “La Polar”, montada por el colectivo “Viaje Inmóvil” en el Anfiteatro del Museo de Bellas Artes, que está a su cargo desde hace más de dos años.

 Esta obra nace al poco tiempo de estallar el fraude financiero realizado por la cadena de multitiendas La Polar en el año 2011, considerado uno de los más grandes en la historia de Chile, y se basa principalmente en el registro de audio de la última reunión del directorio de la empresa, que es representado fielmente en gran parte de la obra.

 Viaje Inmóvil trae hasta nosotros muñecos grotescos, feos podríamos decir incluso, con cavidades oscuras en vez de ojos, pero que se condicen con los personajes a los que representan: los altos ejecutivos de dicha empresa.

 La Polar se desarrolla tensa, pero divertida en su veracidad con los hechos. Nunca antes vimos el actuar de un directorio tan turbio y tan cercano desnudo ante nosotros: “si supieran cómo se ganó la plata!”.

 Los manipuladores de estos muñecos bocones de medio cuerpo se mantienen presentes e interactúan incluso, en varias ocasiones, tomando verdadero protagonismo cuando se pasa de la representación fiel del registro de audio a la ficción creada por el colectivo, que nos lleva directamente a un juicio social, popular, necesario en estos tiempos donde los poderosos no son nunca castigados. Pero este juicio social no sólo apunta al directorio, sino que dispara más allá, llegando hasta nosotros como cuestionamientos básicos que muchas veces olvidamos: “Sabe cómo ser feliz, cierto?”, pasando su bala enjuiciadora por la educación: “No le enseñaron a leer y le van a enseñar a ser feliz”, llegando a conclusiones tan claras, a las que sólo quien observa y reflexiona realmente nuestra forma de vivir puede llegar. Y es así como uno de esos grotescos personajes nos grita que “Maricón es el que engaña a un ignorante”, poniendo dentro de un gran saco a todas las personas que con una tarjeta de crédito se creen felices por un rato, a todos esos “huachos que ven a su papi en un par de zapatillas”.

 La obra nos mantiene a todos atentos durante los 75 minutos en que vemos a muñecos y manipuladores jugando el más serio de los juegos, que no necesita más que una mesa, un pizarrón, unas sillas y un inodoro. Realmente una obra recomendable para todos los que miran con ojos críticos a esta sociedad.

Para más información sobre el colectivo y sus obras visite http://www.viajeinmovil.cl

Por Tania Corvalán

El Ciudadano


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