El día que Gladys Marín fue detenida por tratar de psicópata a Pinochet

Por Jean Flores Quintana

La conmemoración del día internacional de las mujeres es una oportunidad para que la sociedad en su conjunto reflexione respecto de cuán equitativos y justos son los espacios para el desarrollo pleno de sus miembros.

La democracia en el siglo XXI necesariamente requiere del concurso y participación activa de los sectores excluidos, postergados e invisibilizados.

Grandes militantes, activistas y luchadoras sociales han dejado la vida por correr los cercos e imaginar un mundo más allá de los límites de lo posible.

Una de esas figuras es Gladys Marín, histórica líder del Partido Comunista de Chile en tiempos de dictadura y durante la transición.

Son muchos los episodios que dan cuenta del liderazgo, consecuencia y valentía de Marín, sin embargo, en esta oportunidad reivindicaremos uno que consigna su temple y jerarquía.

Corría el año 1996, según los románticos de Concertación, en el apogeo de “las dos décadas doradas de crecimiento”, esto con eltirano gozando de toda impunidad desde la jefatura del Ejército.

Con ocasión de un nuevo aniversario del 11 de septiembre, Gladys Marín respondió a Pinochet, quien había acusado de homicidas a los militantes comunistas. 

Ante esto, Marín contestó:

-“Es la actitud del mediocre, del cobarde que amenaza permanentemente con antecedentes, documentos que comprometen a otros y que jamás entrega. Es la actitud del chantajista, del sicópata que llegó al poder en base a la intriga, a la traición y al crimen».

-“Los que levantamos la Política de Rebelión Popular de Masas aquí estamos, nunca nos hemos escondido, ni estamos hoy en la penumbra. Estamos con los mineros del carbón, estamos con los trabajadores, con la juventud”.

-“Nosotros no somos asesinos, traidores ni delatores, somos luchadores sociales. Fuimos y somos responsables de la política de rebelión popular levantada en plena dictadura, y aquí estamos sintiéndonos orgullosas y orgullosos de esa política”.

El alto mando castrense se querelló en contra de Gladys Marín, amparados en la Ley de Seguridad Interior del Estado.

El 29 de octubre de 1996, con un operativo de inteligencia descomunal, Gladys es detenida en la vía pública.

El rechazo popular fue inmediato, el apoyo internacional no se hizo esperar, la Concertación se vio obligada en respaldar a la líder comunista y Pinochet compelido a retirar la querella.

Aquel jueves 31, por la mañana, la Corte Suprema a riesgo de verse como otro instrumento del pinochetismo rechazó la solicitud militar de cerrar todos los procesos por violaciones de los derechos humanos, mientras que el Ejército desistió de la querella presentada en contra de la dirigenta comunista, dejándola en libertad.

Con rebeldía, convicción y coraje Gladys Marín asestó un duro golpe al genocida, sus cómplices y a la inercia transicional en la época de los jaguares, infiltraciones y oficinas.

Jean Flores Quintana

Politólogo