Entre los múltiples archivos históricos de valor que aparecen de vez en cuando en internet, esta semana llegó a nuestra redacción uno que nos llamó particularmente la atención por contener una temática muy actual en nuestro ajetreado siglo 21: la desinformación y la difusión de «fake news» (noticias falsas).
Se trata de un recorte de prensa del año 1972 que hace algunos años se difundió por medio de la cuenta @fotohistoriacl, en el cual el entonces senador y secretario general del Partido Socialista, Carlos Altamirano, denunciaba al entonces juvenil dirigente de Derecha, Andrés Allamand, de difundir dichos falsos suyos.
«El señor Andrés Allamand repitió en un espacio de la televisión de la Universidad Católica (Canal 13) una afirmación que se me atribuye en cuanto a que el voto de mujer sería de segunda clase», parte declarando Altamirano.
Seguidamente, afirma: «Tal imputación constituye una calumnia de los reaccionarios. Jamás he dicho eso. Nunca nadie ha acreditado la fuente de dónde proviene ese canallesco rumor».
Pero, agregaba el entonces senador del PS, «lo seguirán repitiendo. Ahora lo hace un joven (Allamand) que por su edad, podría suponerse que usa métodos distintos a las viejas y mezquinas intrigas de sus mayores reaccionarios».
«El joven Allamand es un mentiroso y un calumniador y no me querello en contra de él, sólo por su edad y por no transformarlo en ‘víctima’. Prefiero que la opinión pública juzgue cómo el Partido Nacional enseña a sus militantes, desde niños, a mentir, difamar y calumniar», concluye la declaración de Altamirano.
Esta noticia sacada del túnel del tiempo es otro indicio más de que las prácticas desinformativas y distorsionadoras de la realidad han sido una constante en la Derecha y sus representantes políticos.
Todavía está en el recuerdo de muchas y muchos la tremenda campaña de noticias falsas contra la primera propuesta constitucional, que culminó con el rechazo al nuevo texto en el plebiscito de septiembre de 2022.
Más recientemente, está lo ocurrido con la industria salmonera y su campaña desinformativa contra la creación de dos Espacios Costeros Marinos para los Pueblos Originarios (ECMPO) en la Región de Aysén.
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