Por Organización Profesionales ConVocación
Un sismo económico remece a la región del Biobío tras el anuncio de la empresa Compañía de Aceros del Pacífico (CAP) del cierre indefinido de las operaciones de la sucursal Huachipato, dado que ésta opera con pérdidas y no es competitiva frente a la industria de acero de China que vende sus productos a precios inferiores que el precio costo de la compañía chilena.
Esto significa la pérdida de 20.000 puestos de trabajo y un posible efecto dominó que afectaría a otras 350 empresas, lo que se estima en una pérdida de hasta 3% del PIB de la región.
Más allá del oportunismo empresarial y las tratativas que se han generado para establecer “dumping”, como Profesionales ConVocación consideramos se requiere un mayor análisis, pues lo que queda de manifiesto es el efecto de más de 40 años de políticas económicas neoliberales que echaron por tierra el desarrollo industrial que se había intentado instalar en la región y que es necesario cuestionar, pues este cambio constituye un desmantelamiento de cualquier capacidad productiva propia y por lo tanto profundiza la dependencia respecto del capital transnacional.
La CAP se crea en contexto de la etapa desarrollista del capitalismo durante los años 50, en la cual la región del Biobío se instaló como un polo de desarrollo industrial bajo el modelo de Industrialización para la Sustitución de Importaciones (ISI) impulsado por el Estado a través de la CORFO, con el fin de crear una industria capaz de autoabastecer la demanda interna.
En la región esto se materializó en la creación de industria de energía, petróleo, textil, loza y acero, entre otras, con propiedad mixta, participación estatal y protegidas aduaneramente frente a la empresa extranjera. El emblema de esta política fue justamente la CAP con su sucursal Huachipato con importancia estratégica en la región.
En la dictadura en los años 80 se impone un modelo neoliberal bajo el argumento de una “economía abierta” y se restablece el carácter primario exportador de nuestra matriz productiva por lo que se termina con el fomento y protección a la industria nacional.
En la región del Biobío la empresa CAP se privatiza y se observa un cambio en la estructura económica local con un boom de corte extractivista en el sector de la pesca y forestal, y de servicios en el sector portuario, inmobiliario y de educación superior.
Durante los años 90 se profundiza el capitalismo neoliberal en Chile y se materializan los Tratados de Libre Comercio (TLC) con diferentes potencias económicas (EEUU, UE, China, Japón), con la excusa de abrir mercados para las exportaciones chilenas, para en realidad abrir la puerta a los capitales extranjeros para que exploten nuestros recursos naturales prácticamente sin restricciones.
Su resultado ha sido reforzar nuestra dependencia económica respecto de los países hegemónicos a los cuales vendemos materias primas y compramos tecnologías con mayor valor.
Esta consolidación del modelo hasta el actual neoliberalismo maduro nos lleva al escenario de pugna entre el empresariado nacional dueño de la CAP con las transnacionales de acero chino, las que producen el 56% del acero mundial y venden a bajos precios en tanto reciben subsidios del Estado para su desarrollo como empresa estratégica, con tecnologías de mayor eficiencia, pero que actualmente atraviesan un contexto de baja demanda interna.
Ante este escenario de sobreproducción de acero chino, otras economías (México, EEUU, Argentina, Brasil, entre otras) han aumentado los aranceles para proteger sus industrias, reconociendo la vital importancia que tiene mantener una producción que permita auto abastecerse de acero, como quedó en evidencia durante la pandemia, período en el cual China cerró sus fronteras; sin embargo, Chile pudo proveer de acero a la minería gracias a la producción de acero de Huachipato.
A pesar de lo anterior, la posición del gobierno de Boric se basa en que el problema es una decisión de privados, limitando su participación a proponer moderadas sobretasas de impuestos del 15% en la comisión antidistorsiones, rechazando la idea de una participación estatal directa, a pesar del discurso que se agita pro “rol del Estado y la industrialización”, lo que evidencia una línea de continuidad del modelo existente y la falta de políticas transformadoras para impulsar una una mirada estratégica de la economía, donde el Estado cambie su carácter y juegue un rol central desarrollando procesos productivos de mayor valor, tecnologías y beneficios para toda la sociedad, puesto que es el único actor con potencial capaz de planificar y perseguir intereses sociales y nacionales.
Frente a ello se han levantado movilizaciones de los sindicatos por la amenaza a sus puestos de trabajo, ante lo cual consideramos que como Profesionales ConVocación debemos tomar posición y aportar con nuestros conocimientos a la denuncia del problema a nivel estructural, puesto que esta situación era previsible y tanto los profesionales de este gobierno y de los anteriores, han tenido una visión cortoplacista frente al problema, como también las universidades han guardado un silencio cómplice evadiendo un rol más activo en el desarrollo regional.
Es por ello que buscamos levantar organización profesional que desarrolle conocimiento para comprender cómo el cambio en el modelo económico y de matriz productiva del país ha afectado con especial fuerza a la región del Biobío, con sucesivos cierres de industrias; conflictos socio-ambientales producto de las actividades del sector extractivista pesquero, minero y forestal; con la agudización del problema de acceso a la vivienda y un crecimiento urbano desregulado por la especulación inmobiliaria; entre otras afectaciones, que han empobrecido las condiciones de vida de los habitantes del Gran Concepción, siendo un reflejo del fracaso del modelo neoliberal para las aspiraciones de progreso del país.
Es necesario que los profesionales del Biobío rompamos con la inercia y la despolitización, y cuestionemos las injusticias y problemáticas que enfrentamos rompiendo con el ensimismamiento y la enajenación para usar nuestros conocimientos con vocación.
Organización de Trabajadoras y Trabajadores Técnicos y Profesionales ConVocación
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