En medio de la crisis de los nombramientos de autoridades del Gobierno de Michelle Bachelet, ha pasado desapercibido para los grandes medios la designación de Raúl Súnico como Subsecretario de Pesca.
No pasa lo mismo con los pescadores artesanales, los que convulsionados y en estado de alerta por la carencia de recursos, esperaban el nombramiento de alguien que apuntara a reemplazar el fracasado modelo depredador y concentrador de riquezas que los está llevando a la miseria, y al vaciamiento del mar.
En este contexto, la designación por parte de la presidenta electa Michelle Bachelet de Raúl Súnico (PS) -que fue diputado por Talcahuano entre 2006 y 2010- como subsecretario de Pesca está siendo ampliamente criticada.
Según un comunicado emanado el 6 de febrero por el Sindicato de Pescadores de Constitución, Súnico “es un reconocido lobista de las siete familias (que controlan la actividad pesquera en Chile) y ferviente defensor de la (privatizadora) Ley Longueira (de Pesca)”.
El histórico dirigente de los pescadores artesanales chilenos, Cosme Caracciolo, en entrevista con El Ciudadano afirmó que Súnico “es un operador de la gran industria pesquera” asegurando que cuando fue diputado “defendió todos y cada uno de los planteamientos” de este sector del empresariado.
Caracciolo recuerda que Súnico, en los estertores del Gobierno de Bachelet, votó en contra del proyecto de Ley que se planteaba eliminar la pesca de arrastre. “Aparte de votar en contra de ese proyecto –señaló este pescador- él como diputado jamás recibió a los dirigentes que promovíamos la eliminación de este destructivo arte de pesca”. Cosme afirma que como contrapartida, Súnico “era y es demasiado condescendiente con los industriales depredadores y sus representantes”.
Caracciolo denuncia que Súnico, durante la tramitación de la Ley Longueira de Pesca, “fue lobista de la industria”.
Narra que la nueva autoridad “iba al Congreso (en circunstancias que ya no era diputado) sólo para cabildear en favor de la privatización de los recursos para las siete familias”.
Caracciolo asegura que la eventual ratificación de Súnico “asegura una crisis de proporciones en el sector pesquero”. Argumenta: “Él no tiene la capacidad ni la convicción para emprender las grandes transformaciones que se requieren para terminar con el modelo de depredación de los recursos pesqueros iniciado con la Ley de Pesca de 2002 (en el gobierno de Ricardo Lagos); mantenido por Bachelet y consolidado por Piñera, que promulgó la nefasta ley Longueira, que necesariamente debe ser derogada”.
Según este pescador, la Ley Longueira “entregó a siete familias la casi totalidad de los recursos pesqueros del país por veinte años renovables, es decir, para siempre”.
A modo de conclusión, Caracciolo señala que “los peces, los pescadores y el país nada bueno pueden esperar con la designación de Súnico, que es un lamebotas de la gran industria pesquera”.
Cabe tener presente que Caracciolo presidió la Conapach durante siete desde el dos mil en adelante. Posteriormente fue fundador y uno de los voceros de la Condepp, que actualmente la principal confederación de pescadores artesanales de Chile tras la cooptación de la Conapach por los empresarios en 2008.
Francisco Marín
El Ciudadano