El cierre de la siderúrgica Huachipato de la empresa dueña CAP
La Siderúrgica Huachipato fue inaugurada en 1950 cuando CAP era una compañía estatal. Durante la década de los ochenta, en plena dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), la empresa y la planta pasó a manos privadas.
El 21 de marzo del 2024, la directiva de Huachipato anunció a través de un comunicado, una paralización indefinida de sus operaciones siderúrgicas. La medida, calificada como “dolorosa” por la empresa, obedece a una “competencia desleal” frente al acero chino, que es hasta un 40% más barato.
Paralelamente, se informa que la empresa CAP, se encuentra realizando importantes inversiones en iniciativas de hidrógeno verde y minería de Tierras Raras, haciendo alianza con la transnacional Aclara.
Por su parte, el ministro de Hacienda, Mario Marcel, pidió el miércoles de la semana reciente al grupo CAP, «involucrarse» y no «traspasar» al Gobierno toda la responsabilidad sobre el futuro de la principal productora de acero del país, que anunció el cese de sus operaciones, poniendo en riesgo el empleo de cerca de 22.000 trabajadores cuya repercusión es a miles más.
La otra realidad sudamericana: El acero en Brasil
Luego del cierre de Huachipato, Brasil se destaca como el único productor de acero en Sudamérica y figura entre los diez mayores productores a nivel mundial. Durante el año 2020, su producción alcanzó las 31,5 millones de toneladas de acero crudo, registrando un crecimiento del 9,1% respecto al año anterior.
“En un continente conocido por su riqueza en recursos naturales, Brasil se destaca como el único productor de acero en la región. Con una producción anual que supera los 30 millones de toneladas métricas, el país se sitúa entre los principales actores en la industria siderúrgica global. Esta hazaña no solo impulsa su economía interna, sino que también le otorga una posición de influencia en los mercados internacionales”, destaca así una reciente publicación del diario El País.
De acuerdo a reciente reporte de prensa, este aumento se atribuye en gran medida a la creciente demanda china, que ha impulsado los precios del mineral de hierro y ha motivado a las empresas mineras en Brasil a considerar inversiones para expandir su capacidad de producción.
Mira el reciente reportaje de La República