Fue el pasado lunes cuando funcionarios de la Policía de Investigaciones informaron que se encontraban investigando un macabro hallazgo en la comuna de Ñuñoa: se trataba el cadáver esqueletizado de una mujer de aproximadamente 60 años que había sido ocultado en una maleta y luego abandonado entre escombros y basura acumulados en una calle del sector.
Con el correr de los días, se informó del allanamiento de una vivienda a cuadras del lugar del hallazgo: allí vivían dos religiosas, una de ellas de 80 años, quien había sido amiga de la persona fallecida. Tras la revisión del lugar y del correspondiente interrogatorio a las sospechosas, la mujer de mayor edad reconoció que había realizado un pacto con la víctima para no denunciar su muerte cuando ésta ocurriera.
El fiscal Francisco Lanas relató que «en el transcurso de esos años, ella (la mujer hallada en la bolsa), inicia una enfermedad que nunca se trató. Es en ese contexto que ellas hacen esta especie de pacto de aislarse del mundo».
«Tenían la aspiración de ser monjas de claustro, de no tener contacto mayor con el mundo exterior, por lo tanto, llegan al acuerdo de que en caso de fallecimiento de una u otra, no dar cuenta a la autoridad y cuidarse entre ellas hasta el último momento, incluso después de eso», agregó.
El fiscal también descartó que se tratara de un caso de crimen organizado, como se creía en un principio, y aseguró que el cadáver no presentaba señales de violencia ni fracturas, y tampoco se encontraba descuartizado ni desmembrado al interior de la maleta.
Respecto de la decisión de dejar el cuerpo en la vía pública, Lanas señaló que «ella la deja en la maleta porque nosotros entendemos que debe tener alguna especie de trastorno y en algún momento de conciencia denota que su amiga está en una maleta y quiere darle una sepultura. Ese es el motivo que indica ella por el que la deja en la esquina».
Sin embargo, la fiscalía también maneja una segunda hipótesis: que la hija de la religiosa, que había llegado a vivir un par de semanas antes con su madre, tomara la decisión al enterarse de lo ocurrido.
«La hija de esta señora vuelve hace algunas semanas a vivir a ese domicilio y lo más probable es que ella descubriera esa maleta con el cuerpo de su amiga y tomara la decisión. La hija declara como testigo. Ratifica un poco el conocimiento que tenía de esta amistad, pero no tenía conocimiento de lo que había ocurrido», señaló Lanas.
¿Por qué fue dejada en libertad?
El fiscal Lanas también informó que la religiosa fue dejada en libertad tras su confesión al considerarse que no existía peligro de fuga:
«Este sería un caso de inhumación ilegal. El caso de inhumación ilegal también se incurre de que también hay que enterrar a alguien y aquí no tenemos un entierro, tenemos un ocultamiento del cuerpo. No se configuraría la inhumación ilegal preliminarmente«, señaló.
«Ahora, si en el caso de que tuviéramos inhumación ilegal, tiene una pena que va de 61 días a 541 días, o sea es una pena baja. Estableciéndose una persona de 80 años, con una pena baja y que no tiene antecedentes y todas estas circunstancias, nos da cuenta que no se va a dar a la fuga y no se va a sustraer de los actos del procedimiento«, agregó.