Piñera se despide como el presidente con menos respaldo de la transición (36%)… pero quiere volver

El presidente Sebastián Piñera concluye mañana 11 de marzo su mandato presidencial

Piñera se despide como el presidente con menos respaldo de la transición (36%)… pero quiere volver

Autor: Director

pineralago

El presidente Sebastián Piñera concluye mañana 11 de marzo su mandato presidencial. Y lo hace con la clara intensión de volver en marzo de 2018, cuando finalice la segunda estadía de Michelle Bachelet en La Moneda.

Estas aspiraciones de Piñera chocan con su bajo respaldo. Según una encuesta de Adimark GFK –cuyos resultados fueron difundidos el 3 de marzo–, Piñera cuenta con una aprobación de un 50 por ciento.

Sin embargo, los resultados de Adimark difieren de los entregados por dos prestigiadas consultoras de estudios demoscópicos. El Centro Estudios de la Realidad Contemporánea (CERC) –según informó el 23 de enero- Piñera tiene sólo un 36% de Aprobación. Esta cifra es la más baja alcanzada por un presidente al terminar su mandato desde 1990. Según el último reporte del Centro de Estudios Públicos (CEP) –difundido el 29 de octubre– la popularidad de Piñera es de sólo 35%.

El director de Adimark, Roberto Méndez, es asesor político de Piñera y, además, ha realizado numerosos estudios políticos para el gobierno por lo que los resultados de sus trabajos han sido cuestionados dada la carencia de independencia en los que se contextualizan.

Pero aun en el remoto caso que las cifras de Adimark –y no las de Cerc y CEP- sean las correctas, estas distan mucho de las alcanzadas por Bachelet al término de su gobierno: 84% de popularidad.

 

El dilema de la derecha y el desafío de Piñera

En entrevista con este corresponsal –realizada en enero- el destacado sociólogo y académico de la Universidad de Chile, Manuel Antonio Garretón, abordó el nuevo proyecto presidencial de Piñera y los desafíos de la derecha.

Dice que su gobierno actuó “sin claridad respecto de sus proyectos, respecto de qué hacer. Y, al mismo tiempo, se vio entrampado en todas las contradicciones de un gobierno de tipo gerencial”.

Garretón –que en 2007 recibió el Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales– asegura que el principal problema de la derecha hoy “es que no tiene proyecto”.

Abunda:

“El único proyecto que existía relativamente en la derecha es el de la UDI, que es defender la herencia de la dictadura, pero ese proyecto ya fracasó”.

Puntualiza que “RN trató de ser una derecha un tanto más democrática, pero eso no se concretó en un proyecto coherente porque eran demasiadas las contradicciones entre su base de apoyo donde había gente que se identificó con la dictadura”.

Sentencia a este respecto: “El proyecto de una derecha democrática fracasó”.

Garretón asegura que “el derrumbe electoral” verificado en las pasadas elecciones “es tan grande que obviamente lleva a la necesidad de una refundación de la derecha como lo que ocurrió en (las parlamentarias de) 1965, cuando la derecha obtuvo su más baja votación”.

Recuerda que entonces este sector político “se reorganizó para enfrentar la reforma agraria y posteriormente para enfrentar al gobierno de la Unidad Popular” de Salvador Allende.

Prosigue:

“Tras el golpe militar la derecha partidaria se disuelve, para luego reconstituirse –en los partidos RN y UDI–, con el propósito de apoyar la preservación del régimen militar en el plebiscito de 1988, y luego para defender la herencia de este régimen durante la transición a la democracia (desde 1990 en adelante)”.

Según Garretón, “ese esfuerzo por mantener la obra de la dictadura incluso bajo democracia ha fracasado… Y ahora estamos en un proceso de recomposición de los partidos de la derecha que va mucho más allá de la derrota electoral”.

El sociólogo pronostica que si la derecha actual define seguir siendo la defensora del orden instaurado por la dictadura, “va a ir de fracaso en fracaso, de la misma manera que ocurrió en los años sesenta, cuando se posicionó como la defensora de la oligarquía”.

Subraya: “El gran dilema de la derecha es: o se refunda y deja de ser la derecha de la dictadura, o desaparece”. Sin embargo, estima poco probable que pueda refundarse, puesto que “nunca ha habido en Chile una derecha moderna”.

Por lo mismo, cree que en el corto plazo “presenciaremos una derecha que va a ir dispersándose y, en la medida que se reforme el sistema electoral binominal, lo más probable es que la derecha se convierta en un conjunto de partidos sin mayor importancia, y lo que adquiera importancia sea el poder de negociación y de veto que establezcan los grandes grupos económicos y mediáticos de Chile”.

–En este contexto de derecha despotenciada, ¿cómo se inserta la ‘operación retorno’ de Piñera? –se le pregunta.

–El presidente Piñera nunca tuvo proyecto, salvo ser presidente de la República (…) Su deseo es ser de nuevo presidente, y se da cuenta que para eso la derecha que lo apoyó no le va a servir por su vinculación con la dictadura. Entonces lo que intenta es refundar partidaria o políticamente una derecha que le sirva de apoyo, pero yo diría sin una gran idea ni proyecto político claro de país –respondió.

Finalmente Garretón lanza un pronóstico que huele a sentencia: “Piñera no tiene ninguna posibilidad de alcanzar nuevamente la Presidencia”.

Francisco Marín

El Ciudadano


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